Por fin tengo el placer de volver a contaros cómo me ha ido en una nueva carrera. Llevaba casi un año sin participar en ninguna. Además de volver a correr, lo he hecho experimentando una nueva distancia: los 12 kilómetros.
Ha sido una distancia ideal para ponerme a prueba después de tanto tiempo. No tenía muy claro cuál era mi nivel.
Me desperté a las 5:30 con la típica sensación de "quién me mandará a mí hacer esto". Comí un sandwich y me fui para la carrera. Esta ha sido la primera a la que voy con mi propio coche, lo que me ayuda a llegar con más rapidez y mayor comodidad.
La prueba se ha realizado a lo largo de la playa de Recreio, siendo una gran parte en un lugar que ya conocía. Sabía que iba a ser bastante llana y con 6 km de ida y 6 de vuelta. Como conté en mi último post, había intensificado mis últimos entrenamientos, corrí entre 60 y 70 minutos porque era lo que estimé que iba a tardar en hacer el recorrido.
El día era perfecto: nublado y sintiendo la brisa del mar. La carrera comenzó con 15 minutos de retraso. Cuando llegué al kilómetro 3, donde daban la vuelta los que participaban solo en 6 km, pensé que iba a ser muy fácil: "Solo 3 para llegar a la mitad". Y cuando llegué al kilómetro 6 y comencé el retorno, me di cuenta de que estaba bastante cansado y no iba a ser una carrera tan fácil.
Acabé la primera mitad en 36 minutos. Es decir, a una media de 6 minutos por kilómetro. El sueño de acabar los 12 con una media de 5 ya parecía imposible. De cualquier manera, sabía que era un sueño, pero nunca se sabe.
Realicé la segunda mitad bastante cansado por algunos momentos y un poco perdido porque infelizmente no había indicación de cuánto faltaba para terminar. Continué al ritmo que me permitía el cuerpo y aunque ha sido una carrera que he disfrutado mucho por el clima, el recorrido, el lugar, etc., reconozco que los últimos 3 km parecían no acabarse nunca.
Según mis cálculos, mi nivel estaba bien para hacer una de 10 km, esa era de 12, por lo que esos dos últimos eran el verdadero desafío y realmente así fue. Por un momento hasta pensé en caminar, pero la meta seguía lejos y, además de que considero una derrota caminar, iba a tener que llegar hasta allí aunque fuese andando, por lo que aguanté y llegué destrozado en 1 hora y 11 minutos.
Como he dicho anteriormente, me ha gustado mucho la carrera. Aunque el tiempo no haya sido bueno, la distancia ha sido un reto y lo he superado.
Al terminar, estaba un poco mareado y me volvió esa sensación de "quién me mandará a mí hacer esto". Tras descansar un poco y haberme recuperado, ya estoy pensando en el próximo desafío.
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Listo para volver a participar en una carrera
Ha pasado casi un año desde mi última carrera. Qué rápido pasa el tiempo. No he parado de correr pero por distintas razones no he encontrado el tiempo necesario para centrarme en preparar alguna carrera. Mi objetivo era centrarme en medias maratones, pero cometí algunos errores al comienzo del año: intenté hacer dieta comenzando muy fuerte y me sentí un poco débil durante dos o tres semanas. Era un momento clave para subir el nivel. Posteriormente, me he enfrentado al verano más cálido en Rio de Janeiro en los últimos 90 años, lo que no me ha impedido salir a entrenar, aunque ha frenado la intensidad de los entrenamientos, correr a altas temperaturas es muy difícil.
Creo que el hecho de no haberme inscrito a ninguna carrera también ha sido un hándicap a la hora de entrenar. Cuando tienes una prueba en el horizonte te lo tomas más en serio.
Finalmente, me di cuenta de que si no estaba inscrito en una carrera no conseguiría el aumento de nivel que esperaba, así que, sin pensarlo mucho elegí una de las que estaba mirando últimamente, y que será este domingo. Será una carrera de 12 km, una distancia en la que nunca he participado, lo cual la hace más atractiva.
Decidí inscribirme en esta carrera tan solo tres semanas antes, quería correr cuanto antes. A partir del día de la inscripción comencé a hacer entrenamientos más intensos, todos de 60 minutos como mínimo. Me di cuenta de que estaba un poco menos en forma de lo que esperaba, pero el esfuerzo realizado me estaba poniendo al nivel esperado. El domingo pasado iba a hacer mi último entrenamiento, esperaba correr durante 1 hora y 15 minutos, pero infelizmente no conseguí pasar de 45. Me irrité mucho y me hizo pensar que, tal vez, iba a llegar demasiado justo.
Hoy, a tan solo 4 días, he decidido salir a entrenar para hacer un entrenamieto intensivo y ha sido uno de los más extraños que he realizado. Salí a correr, de forma inesperada se puso a llover intensamente y tuve que refugiarme tras tan solo 15 minutos. Aproveché para estirar. Como la lluvia no paraba, di un sprint hasta otra zona en la que podía refugiarme. Una vez allí estuve caminando. Cuando paró de llover intenté correr pero el cuerpo no me respondía. Seguí caminando y tras un último intento conseguí correr a un muy buen nivel durante 55 minutos. Ha sido un entrenamiento muy duro, pero ahora estoy preparado y con confianza. Mis primeros 12k me esperan.
Creo que el hecho de no haberme inscrito a ninguna carrera también ha sido un hándicap a la hora de entrenar. Cuando tienes una prueba en el horizonte te lo tomas más en serio.
Finalmente, me di cuenta de que si no estaba inscrito en una carrera no conseguiría el aumento de nivel que esperaba, así que, sin pensarlo mucho elegí una de las que estaba mirando últimamente, y que será este domingo. Será una carrera de 12 km, una distancia en la que nunca he participado, lo cual la hace más atractiva.
Decidí inscribirme en esta carrera tan solo tres semanas antes, quería correr cuanto antes. A partir del día de la inscripción comencé a hacer entrenamientos más intensos, todos de 60 minutos como mínimo. Me di cuenta de que estaba un poco menos en forma de lo que esperaba, pero el esfuerzo realizado me estaba poniendo al nivel esperado. El domingo pasado iba a hacer mi último entrenamiento, esperaba correr durante 1 hora y 15 minutos, pero infelizmente no conseguí pasar de 45. Me irrité mucho y me hizo pensar que, tal vez, iba a llegar demasiado justo.
Hoy, a tan solo 4 días, he decidido salir a entrenar para hacer un entrenamieto intensivo y ha sido uno de los más extraños que he realizado. Salí a correr, de forma inesperada se puso a llover intensamente y tuve que refugiarme tras tan solo 15 minutos. Aproveché para estirar. Como la lluvia no paraba, di un sprint hasta otra zona en la que podía refugiarme. Una vez allí estuve caminando. Cuando paró de llover intenté correr pero el cuerpo no me respondía. Seguí caminando y tras un último intento conseguí correr a un muy buen nivel durante 55 minutos. Ha sido un entrenamiento muy duro, pero ahora estoy preparado y con confianza. Mis primeros 12k me esperan.
Sigo en forma
Finalmente vuelvo a escribir tras algún tiempo. Han sido unos meses de poca actividad, tras la última carrera sobre la que escribí no he participado en ninguna otra. Era algo que ya tenía previsto, aunque estaba con la duda de si iba a correr en alguna a finales de este año y finalmente opté por no hacerlo.
Ha sido un buen año, he conseguido mi mejor marca en 10k, he vuelto a terminar una 21k sin problemas y participé en una 15k que me gustó bastante.
Como todos los años, sabía que en la segunda parte del año mi ritmo iba a decaer por causa del trabajo. No participar en más pruebas ya lo tenía asumido, el reto era otro: conseguir mantenerme en forma para estar en mejores condiciones de cara al comienzo de 2019.
Por estar en forma me refiero, a conseguir correr durante una hora sin problemas. El año pasado estuve varias semanas sin poder correr ningún día y perdí la forma hasta el punto de que tardé algunos meses en recuperarla, el año anterior fue igual y este he intentado evitarlo por todos los medios. Al comienzo pensé que no iba a tener problemas, pero llegados septiembre y octubre, dos de los meses en los que más tengo que trabajar, mi nivel cayó bastante, corría con muy poca frecuencia y cada vez menos tiempo, estaba siendo incapaz de pasar de 35 minutos. Empecé a pensar que este año tampoco iba a poder conseguirlo.
Afortunadamente, cuando ya lo daba todo por perdido, llegó noviembre, un mes de bastante trabajo, pero con varios días festivos y esos días fueron mi salvación, conseguí energía y tiempo para correr varios días durante una hora, incluso uno de ellos, conseguí correr una hora un día y 35 minutos al día siguiente. El reto parecía superado, sin embargo, un par de semanas después tuve otro pequeño bache que me hizo dudar, aunque lo he superado y esta semana he conseguido salir a correr durante dos días, una hora cada uno. Ya lo he conseguido, pues a partir de diciembre es cuando más tiempo tengo. Ahora el tiempo y esfuerzo que he invertido otros años en intentar recuperar la forma, lo podré dedicar a mejorar y todo esto llega en un momento idóneo, porque mi horario de trabajo va a cambiar el próximo año y podré permitirme metas mayores.
Todavía no he decidido en qué carreras voy a participar el año aunque ya estoy haciéndomela idea. En breve os lo contaré. Lo único que tengo claro es que espero que 2019 sea mi año más activo y cuando más escriba en este blog. Estad atentos a las próximas publicaciones porque os daré más información. Hasta pronto.
New Balance Rio 15k
Hola a todos. Acabo de llegar de la New Balance 15k Series disputada en su etapa de Rio de Janeiro. Ha sido un carrera excelente, con un gran recorrido dividido en dos vueltas y realizada en la zona de Barra da Tijuca.
Es la primera vez que participo y el resultado ha sido excelente. Por suerte, llegadas estas fechas he conseguido mantener un buen estado de forma, a diferencia de otros años en los que por culpa del trabajo apenas podía entrenar. Aun así, encontré dos incovenientes, por primera vez en muchas semanas falté a mi tirada larga de una hora y media de cada fin de semana. Apenas fui capaz de correr 40 minutos, y me ocurrió justo una semana antes de la carrera. Esto me llevó a participar con menos confianza. Por otro lado, como los que soléis leer el blog ya sabéis, suelo tener bastante mala suerte con el clima, los días de las carreras siempre hay un sol muy fuerte que reduce el rendimiento.
Hoy por primera vez, ha sido al contrario, ayer llovió bastante y esta mañana estaba haciendo mucho viento, e incluso llovió de nuevo un poco, pero afortunadamente, durante la carrera el tiempo ha sido perfecto.
El circuito era bastante plano, con un par de subidas y bajadas importantes, me encanta que sea así, cuando es muy llano, me aburre.
Me desperté con la sensación de siempre, muy temprano, tras haber dormido poco y pensando que quién me mandaría a mí pegarme estas palizas, pero sabia que una vez echase a correr y entrase en calor, la adrenalina me iba a hacer sentirlo todo de otra forma, y así fue.
Comencé la carrera con el cuerpo bastante frío y pocas ganas de correr, por suerte, ya sé lidiar con esto porque siempre me ocurre en los primeros kilómetros y después pasa.
Llegué al kilómetro 4 en 20 minutos, recuperanto el pace de 5 min por kilómetro que no fui capaz de marcar en los 3 primeros.
Lo bueno de las carreras que se basan en varias vueltas a un circuito es que te ayudan a plantearte mejor la segunda mitad. En el kilómetro 8 aproximadamente me dio un bajón de azúcar, ya no suele pasarme con mucha frecuencia, pero mis niveles de azúcar suelen ser bajos, por momentos sentí miedo y pensé que no iba a poder continuar, pero tuve la suerte de llevar un caramelo de café en el bolsillo y mi recuperación fue instantánea. En ese momento cogí la confianza que necesitaba y llegué al kilómetro 10 en 51 minutos. Ya sabía que iba a terminar sin problemas y muy probablemente en el tiempo esperado. Como ya conocía el tramo final, supe cómo planteármelo, aceleré en las subidas, que es donde más me gusta, y conseguí llegar a la meta en justo 1 hora y 20 min. El tiempo que había previsto.
Gran carrera, tiempo mejorable, de hecho creo que podría haberme exigido más, pero como era mi primera vez me la tomé con calma. Si el próximo año participo de nuevo, mi objetivo será bajar algún que otro minuto.
Espero que os haya gustado mi experiencia. Si tenéis algún blog en el que contáis las vuestras, me gustaría conocerlas. Os animo a que me las dejéis en los comentarios.
Un saludo y hasta la próxima.
Es la primera vez que participo y el resultado ha sido excelente. Por suerte, llegadas estas fechas he conseguido mantener un buen estado de forma, a diferencia de otros años en los que por culpa del trabajo apenas podía entrenar. Aun así, encontré dos incovenientes, por primera vez en muchas semanas falté a mi tirada larga de una hora y media de cada fin de semana. Apenas fui capaz de correr 40 minutos, y me ocurrió justo una semana antes de la carrera. Esto me llevó a participar con menos confianza. Por otro lado, como los que soléis leer el blog ya sabéis, suelo tener bastante mala suerte con el clima, los días de las carreras siempre hay un sol muy fuerte que reduce el rendimiento.
Hoy por primera vez, ha sido al contrario, ayer llovió bastante y esta mañana estaba haciendo mucho viento, e incluso llovió de nuevo un poco, pero afortunadamente, durante la carrera el tiempo ha sido perfecto.
El circuito era bastante plano, con un par de subidas y bajadas importantes, me encanta que sea así, cuando es muy llano, me aburre.
Me desperté con la sensación de siempre, muy temprano, tras haber dormido poco y pensando que quién me mandaría a mí pegarme estas palizas, pero sabia que una vez echase a correr y entrase en calor, la adrenalina me iba a hacer sentirlo todo de otra forma, y así fue.
Comencé la carrera con el cuerpo bastante frío y pocas ganas de correr, por suerte, ya sé lidiar con esto porque siempre me ocurre en los primeros kilómetros y después pasa.
Llegué al kilómetro 4 en 20 minutos, recuperanto el pace de 5 min por kilómetro que no fui capaz de marcar en los 3 primeros.
Lo bueno de las carreras que se basan en varias vueltas a un circuito es que te ayudan a plantearte mejor la segunda mitad. En el kilómetro 8 aproximadamente me dio un bajón de azúcar, ya no suele pasarme con mucha frecuencia, pero mis niveles de azúcar suelen ser bajos, por momentos sentí miedo y pensé que no iba a poder continuar, pero tuve la suerte de llevar un caramelo de café en el bolsillo y mi recuperación fue instantánea. En ese momento cogí la confianza que necesitaba y llegué al kilómetro 10 en 51 minutos. Ya sabía que iba a terminar sin problemas y muy probablemente en el tiempo esperado. Como ya conocía el tramo final, supe cómo planteármelo, aceleré en las subidas, que es donde más me gusta, y conseguí llegar a la meta en justo 1 hora y 20 min. El tiempo que había previsto.
Gran carrera, tiempo mejorable, de hecho creo que podría haberme exigido más, pero como era mi primera vez me la tomé con calma. Si el próximo año participo de nuevo, mi objetivo será bajar algún que otro minuto.
Espero que os haya gustado mi experiencia. Si tenéis algún blog en el que contáis las vuestras, me gustaría conocerlas. Os animo a que me las dejéis en los comentarios.
Un saludo y hasta la próxima.
Mi entrenamiento para mi última 21k
Acabo de participar en la Rio City Half Marathon 2018. He cumplido mi objetivo de terminarla sin problemas, aunque no he podido bajar de 2 horas.
Os voy a explicar cómo ha sido el entrenamiento que he realizado.
Todo empezó durante mi periodo de vacaciones. Por cuestiones de trabajo durante la mitad del año no puedo entrenar mucho. El año pasado mi nivel fue decayendo progresivamente. Esto me irritó bastante. Por suerte, aproveché que llegado noviembre vuelvo a tener bastante tiempo libre hasta febrero. Entonces, me lo tomé en serio y recuperé un gran estado de forma. De hecho, el mejor de los últimos años. Ha sido sorprendente, circuitos por los que solía entrenar, en círculo o línea recta, los hice por duplicado, algo que nunca había conseguido antes. De este modo, decidí inscribirme en una carrera que se realizaba justo al final de mis vacaciones. Pensaba que era una oportunidad única para bajar de los 50 min en 10 kilómetros, y así fue.
El buen resultado de esa primera carrera de este año me dio confianza y me hizo decidirme a participar de nuevo en una prueba de 21km.
El entrenamiento para esta lo basé en una tirada larga de 1:30 cada final de semana. Creo que esa ha sido la clave, pues durante unos tres meses no he fallado ni un solo día. Y uno o dos días de entrenamiento entre semana, normalmente fue uno por falta de tiempo. Pero para compensar la falta de frecuencia corría casi una hora.
Mi cálculo fue el siguiente, un poco arriesgado: si consigo hacer 1 hora y 30 min (15km) con holgura, el día de la carrera, conseguiré hacer 6 más y llegaré a la meta sin problemas. Y, a diferencia de lo planeado el año pasado, esta vez sí ha dado resultado. Obvio que ha sido un resultado que me ha permitido llegar a meta, no realizar un gran tiempo, pero el objetivo está cumplido. También creo que ha sido importante haber participado en dos carrera de diez kilómetros antes, esto me ayudó a fortalecer los músculos de las piernas. La intensidad de ambas, especialmente la última, pues se realizó dos semanas antes de la media maratón.
La semana anterior a la carrera hice una tirada larga de 1 hora y 30 min, no terminé muy cansado, y dos días después conseguí correr 1 hora y 15 min sin grandes problemas. A partir de ese momento sentí que había alcanzado el nivel que esperaba, comencé a creer en mis posibilidades y todo ha salido según lo previsto.
En la próxima de 21k el objetivo será bajar de las 2 horas, para ello, necesitaré un plan de entrenamiento más intenso, pero seguro que lo conseguiré. Este año estoy más en forma que el anterior, pero menos que el siguiente.
Ahora, a seguir entrenando. Mi estado de forma determinará cuáles serán los siguientes retos.
Os voy a explicar cómo ha sido el entrenamiento que he realizado.
Todo empezó durante mi periodo de vacaciones. Por cuestiones de trabajo durante la mitad del año no puedo entrenar mucho. El año pasado mi nivel fue decayendo progresivamente. Esto me irritó bastante. Por suerte, aproveché que llegado noviembre vuelvo a tener bastante tiempo libre hasta febrero. Entonces, me lo tomé en serio y recuperé un gran estado de forma. De hecho, el mejor de los últimos años. Ha sido sorprendente, circuitos por los que solía entrenar, en círculo o línea recta, los hice por duplicado, algo que nunca había conseguido antes. De este modo, decidí inscribirme en una carrera que se realizaba justo al final de mis vacaciones. Pensaba que era una oportunidad única para bajar de los 50 min en 10 kilómetros, y así fue.
El buen resultado de esa primera carrera de este año me dio confianza y me hizo decidirme a participar de nuevo en una prueba de 21km.
El entrenamiento para esta lo basé en una tirada larga de 1:30 cada final de semana. Creo que esa ha sido la clave, pues durante unos tres meses no he fallado ni un solo día. Y uno o dos días de entrenamiento entre semana, normalmente fue uno por falta de tiempo. Pero para compensar la falta de frecuencia corría casi una hora.
Mi cálculo fue el siguiente, un poco arriesgado: si consigo hacer 1 hora y 30 min (15km) con holgura, el día de la carrera, conseguiré hacer 6 más y llegaré a la meta sin problemas. Y, a diferencia de lo planeado el año pasado, esta vez sí ha dado resultado. Obvio que ha sido un resultado que me ha permitido llegar a meta, no realizar un gran tiempo, pero el objetivo está cumplido. También creo que ha sido importante haber participado en dos carrera de diez kilómetros antes, esto me ayudó a fortalecer los músculos de las piernas. La intensidad de ambas, especialmente la última, pues se realizó dos semanas antes de la media maratón.
La semana anterior a la carrera hice una tirada larga de 1 hora y 30 min, no terminé muy cansado, y dos días después conseguí correr 1 hora y 15 min sin grandes problemas. A partir de ese momento sentí que había alcanzado el nivel que esperaba, comencé a creer en mis posibilidades y todo ha salido según lo previsto.
En la próxima de 21k el objetivo será bajar de las 2 horas, para ello, necesitaré un plan de entrenamiento más intenso, pero seguro que lo conseguiré. Este año estoy más en forma que el anterior, pero menos que el siguiente.
Ahora, a seguir entrenando. Mi estado de forma determinará cuáles serán los siguientes retos.
Rio City Half Marathon 2018
Volví a participar en una media maratón y nada mejor que parcipar en la edición de 2018 de la realizada en 2017. Han sido muchas las razones que me han llevado a volver a correr en esta prueba: el recorrido, conocerla, la fecha en que se realiza y, sobre todo, poder quitarme la espinita clavabada del año pasado en el que tuve que caminar durante algunos minutos debido a las altas temperaturas.
Este año me sentía en mejor estado de forma, prueba de ello han sido los resultados de mis dos últimas 10k. Tenía confianza en mejorar el resultado del año anterior.
Como suele ser habitual, a lo que más miedo le tengo es al calor y, aunque, ha sido un día soleado, no ha sido tan caluroso como el año pasado. La brisa y pequeños momentos de sombra han resultado de gran ayuda.
La carrera empezó a las 7 de la mañana en la playa de Recreio, con un recta de casi 10 kilómetros y con el sol completamente de frente. Afortunadamente no era muy fuerte aún. El primer kilómetro lo hice en 5:30. Sabía que intentar salir y mantener un ritmo de 5 era un suicidio, por lo que me conformé. Fui dándole más importancia a cómo me sentía que al tiempo, lo importante era llegar sin parar de correr. Pasé por el kilómetro 10 en 55 minutos más o menos. Según mis cálculos, debía pasar por el 15 en 1 hora y 30 min (el tiempo de mis tiradas largas), el resto tendría que conseguirlo gestionando muy bien las fuerzas. Conseguí llegar al km 15 en 1 hora y 26 min. Fue un momento esperanzador, me sentía bien de fuerzas y no iba mal de tiempo.
Pasado un kilómetro me sentí con mucha energía, tenía la certeza de que iba a llegar a la meta sin problemas y posiblemente por debajo de las dos horas, pero en una carrera con una distancia tan larga hay tramos en los que te sientes especialmente bien o especialmente mal y, después, esa sensación cambia, y así fue. Llegó la hora de pasar por la parte más dura, en la que tuve que parar el año pasado. Una cuesta muy larga y pronunciada que termina en una túnel de casi 1 km. Al final de la subida, entendí por qué tuve que parar el año anterior. Empecé a sentirme muy cansado. El entrar en un túnel después de tantos kilómetros y una cuesta es muy duro. Pero esta vez aguanté, salí del túnel, pasé del km 18 y, por suerte, venían una bajada y otro túnel un poco menor. Me sentía agotado, los músculos de las piernas no daban para mucho más, empezaba a ver cada vez a más corredores parar, unos por cansancio y otros por problemas musculares. Yo, pese a todo, sabía que iba a llegar a la meta, no iba a parar de ninguna de las maneras. El último kilómetro parecía infinito, pero no lo fue, la meta se veía al fondo. Conseguí llegar en 2:04:36. Lejos de mi mejor marca, pero conseguí terminar 21 kilómetros sin parar, muchos años después y conseguí resarcirme de la caminada que tuve que hacer el año pasado.
Ahora estoy muy feliz e intentando recuperarme, con un dolor de piernas gigante, mientras pienso en cuál será el próximo reto.
Carrera de Lapa 2018
Acabo de llegar de una carrera de 10km en Lapa, centro histórico de Rio de Janeiro, y perteneciente al Circuito Rio Antigo.
Como suele ser habitual por estas fechas, día despejado y altas temperaturas. Era la primera vez que participo en una carrera por el centro de la ciudad, en lugar de cerca de la playa, aunque realmente no queda muy lejos. Ha sido una gran experiencia y he notado un gran cambio respecto a otras pruebas.
Al haber sido por dentro del centro histórico, algunos tramos se producían dentro de calles empedradas y muy estrechas, por lo que era difícil tanto mantener el ritmo como adelantar. Por otra lado, era fácil encontrar un lado de sombra por el que poder correr y evitar el sol.
A diferencia de lo ocurrido en otras carreras, no había señalizaciones a cada kilómetro, salvo en los cuatro últimos, lo cual me hizo correr un poco despistado y me ha hecho darme cuenta de lo engañosas que pueden ser la sensaciones pues, me sentía con mucha más energía que en otras carreras desde el comienzo y al llegar al km 6 me di cuenta de que mantenía el ritmo de siempre. Es extraño, porque a veces parece que el cuerpo no tiene fuerza y realmente estamos consiguiendo correr al mismo ritmo que cuando nos parece que estamos a tope.
Como he dicho, me he encontrado un circuito completamente diferente a lo que estoy acostumbrado: calles estrechas y cortas, dificultad para adelantar, problemas para mantener el ritmo y no tenía una referencia de los kms que iba pasando hasta llegado al seis. Esta mezcla de condicionantes la han convertido en una prueba muy atractiva y me ha demostrado que no importa solo la distancia sino también el trazado. Finalmente, conseguí llegar en 51:11. Bastante lejos del tiempo de mi última 10k, pero como os conté, en aquella conocía el recorrido a la perfección, en esta me he sentido perdido.
Dentro de dos semanas participaré en una media maratón. Espero mejorar el tiempo del año pasado. No os despistéis porque os seguiré informando. Hasta la próxima.
Como suele ser habitual por estas fechas, día despejado y altas temperaturas. Era la primera vez que participo en una carrera por el centro de la ciudad, en lugar de cerca de la playa, aunque realmente no queda muy lejos. Ha sido una gran experiencia y he notado un gran cambio respecto a otras pruebas.
Al haber sido por dentro del centro histórico, algunos tramos se producían dentro de calles empedradas y muy estrechas, por lo que era difícil tanto mantener el ritmo como adelantar. Por otra lado, era fácil encontrar un lado de sombra por el que poder correr y evitar el sol.
A diferencia de lo ocurrido en otras carreras, no había señalizaciones a cada kilómetro, salvo en los cuatro últimos, lo cual me hizo correr un poco despistado y me ha hecho darme cuenta de lo engañosas que pueden ser la sensaciones pues, me sentía con mucha más energía que en otras carreras desde el comienzo y al llegar al km 6 me di cuenta de que mantenía el ritmo de siempre. Es extraño, porque a veces parece que el cuerpo no tiene fuerza y realmente estamos consiguiendo correr al mismo ritmo que cuando nos parece que estamos a tope.
Como he dicho, me he encontrado un circuito completamente diferente a lo que estoy acostumbrado: calles estrechas y cortas, dificultad para adelantar, problemas para mantener el ritmo y no tenía una referencia de los kms que iba pasando hasta llegado al seis. Esta mezcla de condicionantes la han convertido en una prueba muy atractiva y me ha demostrado que no importa solo la distancia sino también el trazado. Finalmente, conseguí llegar en 51:11. Bastante lejos del tiempo de mi última 10k, pero como os conté, en aquella conocía el recorrido a la perfección, en esta me he sentido perdido.
Dentro de dos semanas participaré en una media maratón. Espero mejorar el tiempo del año pasado. No os despistéis porque os seguiré informando. Hasta la próxima.
Carrera del Circuito do Sol 2018
Ya había comentado que no quería correr de nuevo en el Aterro do Flamengo. Aunque estoy seguro de que es uno de los lugares más bellos del mundo para correr, hacerlo siempre allí cansa. Pero me llegó un email con esta carrera que además de tener un precio promocional coincidía con el final de mis vacaciones, por lo que iba a estar en pleno estado de forma y lleno de energía para conseguir esa meta que me había propuesto, bajar de los 50 min en una 10k. Me apunté y así ha sido la prueba:
Llegó la hora de comenzar la carrera y todo empezó como en las últimas: no me sentía con mucha energía, el cuerpo estaba frío y además notaba que había dormido pocas horas. Hice el primer kilómetro en 4:35. Cuando acabé el segundo ya llevaba una media de 5 minutos por kilómetro y en ese momento comencé a pensar que difícilmente iba a conseguir bajar de los 50 min si en los primeros kilómetros no conseguía bajar esa media. Cuando llegué al kilómetro 4 mi media estaba levemente por encima de los 5 min/km. En ese momento no paraba de pensar qué estaba saliendo mal. En aquellos primeros kms el terreno era completamente plano, incluso experimenté una pequeña bajada, pero el cuerpo no respondía y yo no paraba de buscar la causa: ¿Tal vez no había entrenado tanto como pensaba? ¿Sería que en el fondo me faltaba motivación?, ¿Estaba al 100% fisicamente? ¿El problema era mi peso?... Mientras me hacía todas esas preguntas iba avanzando a medida que mantenía el ritmo de las últimas carreras. Me acordaba de cómo años antes mi cuerpo entraba en calor y conseguía dar largos sprints, eso parecía que ya no me iba a ocurrir. Y entre tantos planteamientos ya entrado en el kilómetro 6 me propuse acelerar, de modo que conseguí llegar al siete en una media de 5 min/km. En ese momento, mientras realizaba una bajada miré hacía el lado derecho, por dónde iba a hacer la vuelta y vi que marcaba el km 9. Conocía el circuito y sabía que el tramo final iba a ser de subida, pero creí que tras la subida, el final estaba más lejos. Pensé que era yo quien debería exigirle más a mi cuerpo y no esperar a tener el día perfecto. De modo que perdí el miedo a quedarme sin fuerzas para el trayecto final, comencé a acelerar y sentí que los músculos de mis piernas estaban en perfecto estado, en ese momento sentí que todo el entrenamiento había valido la pena, mi resistencia muscular había aumentado mucho, entonces decidí correr todo lo que podía y aprovechar el fin de la bajada. No sé a qué velocidad debí correr pero cuando llegué al kilómetro ocho mi media estaba por debajo de 5 minutos y aunque la subida comenzaba, me sentía con fuerzas para mantener ese ritmo. Llegué al kilómetro 9 y no me lo podía creer, tenía más de 6 minutos para hacer el último kilómetro y llegar por debajo de los 50 minutos. Había conseguido aumentar el ritmo en el tramo final y todo cuesta arriba, como en los viejos tiempos. Sabía que lo iba a conseguir. Comencé a correr todo lo que podía pero no veía la meta, estaba haciendo la parte más pronunciada de la subida, que era en curva, y cuando finalmente la terminé vi la meta al fondo, aceleré todo lo que pude y conseguí mi récord personal: 48 min y 59 segundos.
Creo que voy a recordar este día durante mucho tiempo. Tenía muchas ganas de conseguir esta marca y, aunque me ha costado, la he conseguido de la mejor manera posible, con una gran carrera llena de incertidumbre hasta el final. Lleno de satisfacción os dejo y gracias por leerme. Espero haberos motivado.
Llegó la hora de comenzar la carrera y todo empezó como en las últimas: no me sentía con mucha energía, el cuerpo estaba frío y además notaba que había dormido pocas horas. Hice el primer kilómetro en 4:35. Cuando acabé el segundo ya llevaba una media de 5 minutos por kilómetro y en ese momento comencé a pensar que difícilmente iba a conseguir bajar de los 50 min si en los primeros kilómetros no conseguía bajar esa media. Cuando llegué al kilómetro 4 mi media estaba levemente por encima de los 5 min/km. En ese momento no paraba de pensar qué estaba saliendo mal. En aquellos primeros kms el terreno era completamente plano, incluso experimenté una pequeña bajada, pero el cuerpo no respondía y yo no paraba de buscar la causa: ¿Tal vez no había entrenado tanto como pensaba? ¿Sería que en el fondo me faltaba motivación?, ¿Estaba al 100% fisicamente? ¿El problema era mi peso?... Mientras me hacía todas esas preguntas iba avanzando a medida que mantenía el ritmo de las últimas carreras. Me acordaba de cómo años antes mi cuerpo entraba en calor y conseguía dar largos sprints, eso parecía que ya no me iba a ocurrir. Y entre tantos planteamientos ya entrado en el kilómetro 6 me propuse acelerar, de modo que conseguí llegar al siete en una media de 5 min/km. En ese momento, mientras realizaba una bajada miré hacía el lado derecho, por dónde iba a hacer la vuelta y vi que marcaba el km 9. Conocía el circuito y sabía que el tramo final iba a ser de subida, pero creí que tras la subida, el final estaba más lejos. Pensé que era yo quien debería exigirle más a mi cuerpo y no esperar a tener el día perfecto. De modo que perdí el miedo a quedarme sin fuerzas para el trayecto final, comencé a acelerar y sentí que los músculos de mis piernas estaban en perfecto estado, en ese momento sentí que todo el entrenamiento había valido la pena, mi resistencia muscular había aumentado mucho, entonces decidí correr todo lo que podía y aprovechar el fin de la bajada. No sé a qué velocidad debí correr pero cuando llegué al kilómetro ocho mi media estaba por debajo de 5 minutos y aunque la subida comenzaba, me sentía con fuerzas para mantener ese ritmo. Llegué al kilómetro 9 y no me lo podía creer, tenía más de 6 minutos para hacer el último kilómetro y llegar por debajo de los 50 minutos. Había conseguido aumentar el ritmo en el tramo final y todo cuesta arriba, como en los viejos tiempos. Sabía que lo iba a conseguir. Comencé a correr todo lo que podía pero no veía la meta, estaba haciendo la parte más pronunciada de la subida, que era en curva, y cuando finalmente la terminé vi la meta al fondo, aceleré todo lo que pude y conseguí mi récord personal: 48 min y 59 segundos.
Creo que voy a recordar este día durante mucho tiempo. Tenía muchas ganas de conseguir esta marca y, aunque me ha costado, la he conseguido de la mejor manera posible, con una gran carrera llena de incertidumbre hasta el final. Lleno de satisfacción os dejo y gracias por leerme. Espero haberos motivado.
Comienzo la temporada
Mañana participo en la primera carrera del año, será de 10km y también estoy inscrito en la siguiente, que será de la misma distancia. No sabía muy bien cómo abordar el año y creo que lo voy a hacer de la manera más simple, con varias 10k. Ya os comenté que en abril estaba dudando entre una de 15 o 21. Posteriormente apareció la opción ideal: hacer 10 ahora, 15 en abril y 21 en mayo, pero cuando miré el calendario me di cuenta que tanto la de 15 como la de 21 son en fines de semana en los que el sábado es festivo y yo que siempre trabajo los sábados posiblemente viaje, así que, aunque era la mejor opción y quería hacerlo, he decidido dejarlo a un lado y posiblemente consiga participar en la mismas pruebas el año que viene.
Me quedé un poco decepcionado porque el aumento progresivo de la distancia me ayudaría a ir mejorando paulatinamente. Por suerte, recibí un email de otro de los circuitos en los que quería participar, el Circuito Rio Antigo, que afortunadamente, no se realiza en los mismo lugares que la mayoría de carreras, Aterro do Flamengo. Este circuito consta de 4 carreras de 10km, todas por el centro de la ciudad, pero cada una en un lugar diferente. Estoy seguro de que me va a encantar. Por lo pronto, la primera será en un conocido lugar del centro, los arcos da Lapa. Estoy deseando que llegue ese día, será el 25 de marzo.
Por el momento, estoy centrado en la prueba de mañana, creo que es una gran ocasión para conseguir bajar de los 50 min. Realmente es la razón por la que me inscribí. He estado de vacaciones hasta esta semana y he podido entrenar bastante. Mañana hay que poner toda la carne en el asador. Es una carrera perteneciente al Circuito do Sol, en el que tan solo voy a participar en esta, pero en la que seguro que todo va a salir bien. Mañana os cuento.
Me quedé un poco decepcionado porque el aumento progresivo de la distancia me ayudaría a ir mejorando paulatinamente. Por suerte, recibí un email de otro de los circuitos en los que quería participar, el Circuito Rio Antigo, que afortunadamente, no se realiza en los mismo lugares que la mayoría de carreras, Aterro do Flamengo. Este circuito consta de 4 carreras de 10km, todas por el centro de la ciudad, pero cada una en un lugar diferente. Estoy seguro de que me va a encantar. Por lo pronto, la primera será en un conocido lugar del centro, los arcos da Lapa. Estoy deseando que llegue ese día, será el 25 de marzo.
Por el momento, estoy centrado en la prueba de mañana, creo que es una gran ocasión para conseguir bajar de los 50 min. Realmente es la razón por la que me inscribí. He estado de vacaciones hasta esta semana y he podido entrenar bastante. Mañana hay que poner toda la carne en el asador. Es una carrera perteneciente al Circuito do Sol, en el que tan solo voy a participar en esta, pero en la que seguro que todo va a salir bien. Mañana os cuento.
A grandes problemas grandes soluciones
Todos los que leéis este blog ya sabéis que llevo bastante tiempo, mucho tiempo, peleándome con mi peso y no consigo bajarlo lo suficiente. Este mes he vivido un nuevo episodio que me ha disgustado. Recapitulemos.
Tras haber dejado el running durante casi dos años, volví una vez me instalé en Brasil, a mediados de 2014. Pesaba bastante más que antes y padecía aquellos ataques de ansiedad, o pánico, que hacían caer mi nivel de azúcar, como os conté en Running y ataques de pánico, de modo que acabé acostumbrándome a consumir muchos dulces y bebidas azucaradas y llegué a 95 kilos de peso. Conseguía bajar a 89 o 90 cuando corría con frecuencia y al parar volvía a subir.
Tras varios análisis por mis bajadas de azúcar, una endocrinóloga detectó que era hipoglucémico. Me pasó una dieta que no pude seguir. Llevaba poco tiempo en Brasil y algunas de las comidas todavía me resultaban extrañas, como el caldo de frijol negro.
Posteriormente tras otra subida y bajada de peso volví al running más en serio, ya no me iba a quedar largos periodos parado y desde entonces no he parado de correr, normalmente unos dos días por semana, aunque la intensidad sí ha variado según la época.
Cuando comencé a entrenar con más frecuencia tuve un problema de rodilla y el doctor me dijo que debía hacer mejores estiramientos y perder peso, así que decidí ir a una nutricionista. Mi motivación era muy alta, pero la dieta que me pasó fue demasiado estricta, decía que mi peso ideal era 78 kg. Mientras que tuve tiempo me la preparaba en casa y conseguí bajar hasta 84 kg, unos 3 meses después comencé a trabajar mucho, no me podía preparar la comida y lo eché todo a perder. Por suerte, conseguí cambiar mis hábitos alimenticios, perdí la adicción al azúcar y ahora mi peso suele estar entre 85 y 87.
Ya entrenaba y participaba en carreras con frecuencia. Desde el momento en que alcancé un buen estado de forma y bajé mi peso, desaparecieron los bajones de azúcar. Aunque desafortunadamente comencé a tener dolor de espalda y pese a que no era la causa principal, el doctor también me recomendó perder algunos kilos.
Así han sido los últimos tres años, una lucha constante por mantener mi peso a raya, en la que, en realidad, he conseguido mejorar mis hábitos alimenticios y mi peso notablemente, pero mi índice de masa corporal es alto y sigo muy lejos de los 78 kg que decía la nutricionista.
El último episodio del que hablaba al principio está en mi colesterol. Aunque no es muy alto, está por encima de lo que debería y el doctor me ha mandado unas pastillas. Tener que tomar pastillas para bajar el colesterol me ha hecho sentirme derrotado. Especialmente ahora que estaba convencido de que comía mejor que antes. Para más inri, hoy me he pesado y estoy en 87 kg, cuando llevo 2 meses entrenando bastante. Así que a grandes problemas grandes soluciones.
Hacía tiempo que quería comenzar una serie de entradas con recetas para runners, pero no me acababa de decidir porque dedico mucho tiempo a otros proyectos. Pero esta vez, por mi salud y por el running voy a hacerlo porque además de daros ideas, me va a mantener motivado para crear más platos saludables que voy a poder compartir. Esta vez será la definitiva, mi peso y mi salud serán ideales en pocos meses.
Altibajos y sobreentrenamiento
Como muchos habréis percibido, este blog, es decir, yo como runner, está de altos y bajos, no solamente por los distintos lugares en los que he ido viviendo sino, además, en distintos momentos, aun viviendo en el mismo lugar. Recientemente he pasado uno de esos baches. Esos momentos en los que no encuentras mucho tiempo para entrenar y cuando tienes tiempo sales y no encuentras fuerzas. Son situaciones que generan mucho pesimismo, cuando estamos mal pensamos que vamos a estar así mucho tiempo y cuando estamos bien pensamos que vamos a estar así mucho tiempo.
Me daba cuenta de que no conseguía entrenar bien por lo que era mejor olvidar cualquier tipo de nuevo reto. Y los retos son el motor.
Finalmente, se acercó el final del año, llegaron algunos días festivos, comencé a tener fuerzas, empecé a plantearme cómo sería el próximo año, y de la noche a la mañana conseguí salir a entrenar con una fuerza descomunal. Estoy en uno de esos momentos en los que parece que te sobra energía y que nada te podrá parar. Por suerte, la voz de la experiencia me dice que más allá de lo que siento, es un estado temporal que se invertirá y volverá y se invertirá y volverá...
El kid de la cuestión es que estoy aprovechando y mucho este momento. Tal vez en exceso. Por ello lo del sobreentrenamiento.
Hasta hace poco corría entre 50 minutos y 1 hora los sábados y un día o dos (normalmente uno) entre 30 y 40 minutos durante la semana. Ahora salgo a correr cada dos o tres días y siempre una hora. Mi obsesión por bajar de los 50 minutos en 10k y volver a hacer una media maratón en un tiempo razonable me llevan a aprovechar estos días al máximo. Pero creo que estoy forzando demasiado. Ayer volví a correr 1 hora, incluso algo más. Acabé destrozado. Cuando llegué a casa tenía muchas cosas que hacer y estaba de un pésimo humor. Hoy por la mañana me he levantado igual.
Desde hace unos años, cuando entreno más de la cuenta, me pongo de mal humor porque me falta energía para las otras cosas que tengo que hacer y correr se convierte más en una obligación que en algo placentero. Es el precio que tengo que pagar por no tener todo el año para mantener la constancia que me gustaría.
Quería salir a correr mañana. ¿Pero voy a salir a correr para volver destrozado (sin haberme recuperado completamente del último entrenamiento) para estar malhumorado el último día del año? Y si no entreno, ¿cómo voy a llegar al nivel que me hace falta para febrero o marzo?
Y ese es el gran dilema en el que me debato llegadas estas fechas y estoy seguro de que no soy el único.
No es la primera vez que siento síntomas por sobreentrenamiento. A diferencia de hace unos años, además de manifestarse de otra manera, veía en el running una forma de entretenimiento. Ahora también, pero creo que pesa más el sentirse en forma y saber que puedo continuar alcanzando ciertas cotas. Las personas que rondamos los 34 años, todavía podemos correr a un nivel aceptable, aunque nuestro cuerpo sea muy diferente a hace diez años, pero a la hora de recuperarse de grandes esfuerzos es cuando se sienten esos años y esos kilos de más. Por suerte, con motivación todo es posible.
Me daba cuenta de que no conseguía entrenar bien por lo que era mejor olvidar cualquier tipo de nuevo reto. Y los retos son el motor.
Finalmente, se acercó el final del año, llegaron algunos días festivos, comencé a tener fuerzas, empecé a plantearme cómo sería el próximo año, y de la noche a la mañana conseguí salir a entrenar con una fuerza descomunal. Estoy en uno de esos momentos en los que parece que te sobra energía y que nada te podrá parar. Por suerte, la voz de la experiencia me dice que más allá de lo que siento, es un estado temporal que se invertirá y volverá y se invertirá y volverá...
El kid de la cuestión es que estoy aprovechando y mucho este momento. Tal vez en exceso. Por ello lo del sobreentrenamiento.
Hasta hace poco corría entre 50 minutos y 1 hora los sábados y un día o dos (normalmente uno) entre 30 y 40 minutos durante la semana. Ahora salgo a correr cada dos o tres días y siempre una hora. Mi obsesión por bajar de los 50 minutos en 10k y volver a hacer una media maratón en un tiempo razonable me llevan a aprovechar estos días al máximo. Pero creo que estoy forzando demasiado. Ayer volví a correr 1 hora, incluso algo más. Acabé destrozado. Cuando llegué a casa tenía muchas cosas que hacer y estaba de un pésimo humor. Hoy por la mañana me he levantado igual.
Desde hace unos años, cuando entreno más de la cuenta, me pongo de mal humor porque me falta energía para las otras cosas que tengo que hacer y correr se convierte más en una obligación que en algo placentero. Es el precio que tengo que pagar por no tener todo el año para mantener la constancia que me gustaría.
Quería salir a correr mañana. ¿Pero voy a salir a correr para volver destrozado (sin haberme recuperado completamente del último entrenamiento) para estar malhumorado el último día del año? Y si no entreno, ¿cómo voy a llegar al nivel que me hace falta para febrero o marzo?
Y ese es el gran dilema en el que me debato llegadas estas fechas y estoy seguro de que no soy el único.
No es la primera vez que siento síntomas por sobreentrenamiento. A diferencia de hace unos años, además de manifestarse de otra manera, veía en el running una forma de entretenimiento. Ahora también, pero creo que pesa más el sentirse en forma y saber que puedo continuar alcanzando ciertas cotas. Las personas que rondamos los 34 años, todavía podemos correr a un nivel aceptable, aunque nuestro cuerpo sea muy diferente a hace diez años, pero a la hora de recuperarse de grandes esfuerzos es cuando se sienten esos años y esos kilos de más. Por suerte, con motivación todo es posible.
Resumen del 2017
Se acaba 2017. El año en el que he vuelto al running de verdad y la primera vez que me he planteado el año como si fuese una temporada. Unos objetivos se han cumplido y otros no, pero la sensación que me llevo es muy positiva. Ahora conozco la mayoría de carreras, de circuitos y de lugares en los que se puede correr en Rio de Janeiro. También he participado y completado por primera vez un circuito y he vuelto a participar en una media maratón, varios años después. En el Circuito das Estações me lo he pasado muy bien aunque no haya logrado hacer cada etapa en un tiempo inferior a la anterior y no haya conseguido bajar de los 50 min en ninguna de las etapas. La experiencia de los 21km me ha mostrado que estoy muy lejos del nivel de otros tiempos pero el trayecto fue precioso y la experiencia realmente buena. Tal vez lo vuelva a intentar en 2018.
Todavía estoy dándole vuelta a cómo será el próximo año. Cuántas carreras, dónde y de qué distancia. El calendario y las temperaturas serán clave. Estoy muy ilusionado y seguramente participaré en lugares en los que todavía no lo he hecho. Barajo varias opciones que os iré contando en breve y ya tengo el primer reto pendiente.
La próxima semana comienzan mis vacaciones, en las que aprovecharé para continuar con un entrenamiento más intensivo que empecé hace unas semanas. Estoy con ganas e ilusión, seguro que habrá grandes experiencias porque el running es eso, un conjunto de grandes experiencias.
Gracias por estar ahí y feliz Navidad. Os tendré informados de todo.
Todavía estoy dándole vuelta a cómo será el próximo año. Cuántas carreras, dónde y de qué distancia. El calendario y las temperaturas serán clave. Estoy muy ilusionado y seguramente participaré en lugares en los que todavía no lo he hecho. Barajo varias opciones que os iré contando en breve y ya tengo el primer reto pendiente.
La próxima semana comienzan mis vacaciones, en las que aprovecharé para continuar con un entrenamiento más intensivo que empecé hace unas semanas. Estoy con ganas e ilusión, seguro que habrá grandes experiencias porque el running es eso, un conjunto de grandes experiencias.
Gracias por estar ahí y feliz Navidad. Os tendré informados de todo.
Circuito das Estaçoes. Etapa de Verano 2017
Acabo de llegar de la última etapa del Circuito das Estações, la Etapa de Verano. Como conté recientemente había pasado por una etapa en la que mi nivel había bajado, pero tuve la suerte de recuperarme y hacer tres semanas intensas de entrenamiento antes de esta última etapa.
Cuando salí, ya tuve la impresión de que no iba a ser mi mejor carrera. No me sentía con las fuerzas para salir todo lo rápido que me hubiera gustado. Es decir, por debajo de los 5 min/km. Lo más que conseguí fue mantener ese ritmo hasta el km 5. En ese momento ya tenía claro que no iba a superar mi record pues los primeros 5 km son de bajada y los 5 últimos de subida. Solo una milagrosa recta final podría arreglar esto y no tenía la impresión de que fuese a ocurrir.
De cualquiera de las maneras ya me había mentalizado de que no estaba en mi mejor momento, ¿pero qué importaba? Decidí salir a pasármelo bien y olvidarme de los tiempos y creo que ha sido una buena idea. He conseguido completar las 4 Etapas del Circuito das Estaçoes, el más famoso de Rio de Janeiro, que consistía en 4 etapas de la misma distancia y en el mismo lugar, cada una de ellas en una estación del año diferente. Me ha gustado tanto el circuito como la organización. El año que viene no lo volveré a hacer porque quiero correr en otras partes de la ciudad, pero muy posiblemente lo vuelva a intentar en un par de años o tres. A ver en qué estado de forma me encontraré.
Como iba diciendo, no conseguí salir a un gran ritmo pero mantuve lo mínimo aceptable hasta los 5 km, casi los 6, posteriormente la subida que hizo bajar y aunque en la recta final conseguí dar un fuerte esprint solo pude llegar a la meta en 52:11, tres segundos más tarde que en la carrera anterior. Estoy conforme aunque siga lejos de bajar los 50 minutos, pero el año que viene prometo que lo voy a cumplir. Ahora, por suerte, estoy en la etapa del año en la que encuentro más tiempo para entrenar, así que recuperaré un buen nivel y seguro que mejoro mis tiempos.
Cuestión aparte, os lanzo una pregunta: ¿Tomar café antes de las carreras os ayuda a mejorar vuestro rendimiento? En mi caso siento un gran diferencia. Soy muy sensible a la cafeína y me da mucha potencia si lo tomo antes de una carrera. De hecho, en mi mejor carrera de este año había tomado un café bien cargado antes de comenzar y me fue genial, en cambio, en las últimas no he tomado café porque lo he dejado, no me sentaba bien, pero siento que cuando corro me falta un poco de empuje. ¿Os pasa igual? El próximo post lo dedicaré a este asunto.
Muchas gracias por vuestro tiempo y hasta la próxima, runners.
Cuando salí, ya tuve la impresión de que no iba a ser mi mejor carrera. No me sentía con las fuerzas para salir todo lo rápido que me hubiera gustado. Es decir, por debajo de los 5 min/km. Lo más que conseguí fue mantener ese ritmo hasta el km 5. En ese momento ya tenía claro que no iba a superar mi record pues los primeros 5 km son de bajada y los 5 últimos de subida. Solo una milagrosa recta final podría arreglar esto y no tenía la impresión de que fuese a ocurrir.
De cualquiera de las maneras ya me había mentalizado de que no estaba en mi mejor momento, ¿pero qué importaba? Decidí salir a pasármelo bien y olvidarme de los tiempos y creo que ha sido una buena idea. He conseguido completar las 4 Etapas del Circuito das Estaçoes, el más famoso de Rio de Janeiro, que consistía en 4 etapas de la misma distancia y en el mismo lugar, cada una de ellas en una estación del año diferente. Me ha gustado tanto el circuito como la organización. El año que viene no lo volveré a hacer porque quiero correr en otras partes de la ciudad, pero muy posiblemente lo vuelva a intentar en un par de años o tres. A ver en qué estado de forma me encontraré.
Como iba diciendo, no conseguí salir a un gran ritmo pero mantuve lo mínimo aceptable hasta los 5 km, casi los 6, posteriormente la subida que hizo bajar y aunque en la recta final conseguí dar un fuerte esprint solo pude llegar a la meta en 52:11, tres segundos más tarde que en la carrera anterior. Estoy conforme aunque siga lejos de bajar los 50 minutos, pero el año que viene prometo que lo voy a cumplir. Ahora, por suerte, estoy en la etapa del año en la que encuentro más tiempo para entrenar, así que recuperaré un buen nivel y seguro que mejoro mis tiempos.
Cuestión aparte, os lanzo una pregunta: ¿Tomar café antes de las carreras os ayuda a mejorar vuestro rendimiento? En mi caso siento un gran diferencia. Soy muy sensible a la cafeína y me da mucha potencia si lo tomo antes de una carrera. De hecho, en mi mejor carrera de este año había tomado un café bien cargado antes de comenzar y me fue genial, en cambio, en las últimas no he tomado café porque lo he dejado, no me sentaba bien, pero siento que cuando corro me falta un poco de empuje. ¿Os pasa igual? El próximo post lo dedicaré a este asunto.
Muchas gracias por vuestro tiempo y hasta la próxima, runners.
Última carrera del año
Se acerca el final del año y con él la última carrera. En poco más de una semana habré participado en la última etapa del Circuito das Estações 2017. No podré conseguir haber realizado cada carrera en menos tiempo que la anterior, pero voy con la ilusión de bajar por primera vez de los 50 minutos.
Había tenido un periodo en el que me sentía realmente cansado, no encontraba fuerzas para intensificar los entrenamientos, pero por suerte estas últimas semanas todo se ha invertido, estoy consiguiendo correr tres días por semana, cada vez con más intensidad y me he dado cuenta de que sin haberlo percibido mi nivel había bajado respecto al principio del año, seguramente esto explique lo que me ocurrió en la última prueba.
De cara a esta etapa, voy con confianza, me encuentro con fuerzas y será un reto interesante contra el reloj, aunque tengo que reconocer que pese a que las sensaciones son muy buenas no tengo muy claro cuál es mi nivel. Lo que si está claro es que lucharé como nunca porque quiero acabar el año con buen sabor de boca y comenzar el siguiente motivado. Además, quiero demostrarme que sigo teniendo esa capacidad de superar retos que siempre me había caracterizado.
Había tenido un periodo en el que me sentía realmente cansado, no encontraba fuerzas para intensificar los entrenamientos, pero por suerte estas últimas semanas todo se ha invertido, estoy consiguiendo correr tres días por semana, cada vez con más intensidad y me he dado cuenta de que sin haberlo percibido mi nivel había bajado respecto al principio del año, seguramente esto explique lo que me ocurrió en la última prueba.
De cara a esta etapa, voy con confianza, me encuentro con fuerzas y será un reto interesante contra el reloj, aunque tengo que reconocer que pese a que las sensaciones son muy buenas no tengo muy claro cuál es mi nivel. Lo que si está claro es que lucharé como nunca porque quiero acabar el año con buen sabor de boca y comenzar el siguiente motivado. Además, quiero demostrarme que sigo teniendo esa capacidad de superar retos que siempre me había caracterizado.
Circuito das Estaçoes 2017. Etapa de Primavera
Podría haber sido mi mejor 10K y ha acabado siendo la carrera más confusa en la que he participado. Para comenzar, el clima. Tras unos días bastante cálidos, inesperadamente el viernes bajaron las temperaturas y el sábado llovió mucho, hasta el punto de que comencé a pensar que si seguía lloviendo así, tal vez, no habría carrera; si estaba nublado o llovía solo un poco sería perfecto.
Finalmente, el cielo ha amanecido soleado. Cuando llegué, resultó que habían cambiado el punto de partida. Tuve que caminar unos 3 kilómetros y luego supe que la carrera iba a comenzar una hora más tarde de lo previsto. Una hora más tarde en un día de sol supone aguantar unos cuantos grados más.
Llegó la hora de comenzar, conocía la zona, pero como habían cambiado la salida no sabía dónde iba a terminar. Arrancó la prueba y cuando llevaba aproximadamente 3 kilómetros percibí que había una confusión total con los carteles que anunciaban las distancias porque había una 5km, una 10km y otra 21km y, a veces, encontrabas una señal que indicaba el km 3 y 500 metros más adelante otra que también indicaba el km 3 y no sabías cuál era la tuya.
Al principio me sentía un poco cansado, sentía que el cuerpo no me respondía como me hubiese gustado. Cuando llegaba a cada km hacía cálculos de tiempo, si la primera señal de 4 km era la mía, lo estaba haciendo bien, por debajo de 5 min/km, justo lo que necesitaba. Si era la segunda señal de 4km, iba un poco justo para superar mi marca. Así pase toda la carrera.
Llegando al km 8 me sentí muy esperanzado, si esa primera señal de 8km era la de los que corríamos 10 kilómetros, seguía levemente por debajo de los 5min/km y ya me podía hacer una idea de dónde estaría la meta. Pasado el km 8 me sentí con fuerzas e incluso aceleré un poco el ritmo, mis esperanzas de superarme aumentaban, tenía posibilidades de conseguir mi record, pero desgraciadamente el último kilómetro y medio era una subida y acabé descubriendo que el cartel que marcaba la distancia que me faltaba para llegar no era el primero que encontraba, sino el segundo, por lo que en la recta final mi ritmo bajó y descubrí que no iba a poder superar mi marca ni el reto del Circuito das Estacoes de hacer cada carrera en menos tiempo que la anterior.
Crucé la meta en 52:08. La sensación tras acabar fue de cierto cabreo y frustración, aunque después se me pasó y me quedo con lo positivo. Creo que gestioné muy bien mis fuerzas, mi estado de forma no daba para más, supe exigirle a mi cuerpo de forma adecuada en los momentos adecuados.
La verdad es que últimamente no había hecho entrenamientos de intensidad y había perdido el control de la dieta. El 3 de diciembre será la última etapa, la de verano. Una nueva oportunidad para bajar de los 50 min y mi última carrera de este año.
Dos semanas para una carrera especial
Hoy faltan exactamente dos semanas para la siguiente etapa del "Circuito das Estaçoes". Será la de primavera. En la última conseguí mi record de tiempo: 50 min y 40 seg, por lo que en esta ocasión tengo, prácticamente, dos retos en uno. El de bajar el tiempo de la última, puesto que el objetivo es hacer cada etapa en menos tiempo que la anterior, y conseguir un nuevo record de tiempo que si queda por debajo de los 50 minutos me habrá llevado a alcanzar una marca que siempre he querido lograr.
He de reconocer que voy a llegar con dudas a la carrera, he tenido un par de meses de excesivo estrés, especialmente por culpa del trabajo, he perdido algunos días de entrenamiento, mi confianza está algo tocada y, además, he tenido un intento frustrado de volver a un gimnasio.
Hasta ahora tan solo había estado inscrito en el gimnasio dos veces y en ambas no pasé de los cinco meses, de la manera más clásica, empezando muy fuerte para terminar yendo con muy poca frecuencia hasta desistir. En esta ocasión me apunté por recomendación del doctor, dado que tenía problemas en la espalda, empecé y en un par de semanas ya sabía que no me iba a ir bien. Me gustó el ambiente, pero detesto las pesas y estar parado, lo que me gusta es correr al aire libre. Finalmente había perdido dos semanas de entrenamiento de carrera y me había estresado porque mis horarios de trabajo dificultaban ir al gimnasio, mientras que correr es algo que puedes hacer a cualquier hora, especialmente los domingos.
Aquí, en Rio de Janeiro, las temperaturas han aumentado drásticamente después de un buen invierno. Espero que el día de la carrera haya algo de brisa y el sol no salga con la intensidad de estos días porque lo complicaría todo.
De cualquier manera, estoy seguro que será un momento inolvidable, un verdadero desafío con dos retos por delante y en el que si consigo tener éxito mi sensación de superación llegará al máximo. Espero que todo vaya bien. Os iré informando. Un saludo.
Un mes después de los 21km
Ya ha pasado algo más de un mes desde mi vuelta a los 21km y, por suerte, la motivación no solo no ha decaído sino que se ha mantenido al máximo. Ahora consigo hacer entrenamientos de una hora con cierta frecuencia sin terminar muy cansado y consiguiendo recuperarme con más rapidez.
Hace mucho tiempo que esperaba llegar a este nivel y por fin lo he conseguido. También he conseguido otro objetivo del que llevo mucho tiempo hablando: bajar mi peso. Estoy en 85kg. No es que haya bajado mucho pero sí a un nivel que parecía casi inalcanzable hace poco. La visita a la nutricionista está funcionando, ahora como menos y mejor.
Pese a todas esta buenas noticias he de reconocer que durante las dos últimas semanas he relajado un poco la dieta y los entrenamientos debido a que estoy con una mayor carga de trabajo, pero sé que es algo temporal. Me encuentro con un estado de ánimo realmente bueno y en un par de meses habré vuelto a visitar a la nutricionista y habré participado de nuevo en una carrera de 10km. Todo va viento en popa y seguro que en la recta final del año estoy en plena forma y preparado para nuevos retos.
¿De dónde estoy sacando la motivación? Pues de la frustración. Sí, sé que esto puede resultar chocante. Algunas personas somos así. Cuando terminé la última media maratón me quedé con un sabor agridulce, como ya os conté. Había conseguido volver a terminar 21km pero a un ritmo demasiado lento y caminando por primera vez durante una carrera, aunque solo hubiese sido un pequeño tramo y bajo temperaturas muy altas. Tras pasados unos días empecé a digerir el fin de la carrera más como una mala carrera que como cualquier otra cosa y los jarros de agua fría son los que nos hacen despertar. De repente, me di cuenta de que habían pasado 6 años desde mis últimos 21km y tanto mi cuerpo como mi mente eran diferentes, pequé de exceso de confianza y lo pagué. Ahora, paradójicamente, tengo la energía para seguir entrenando con fuerza para recuperarme y demostrarme que lo puedo hacer tan bien como antes, aunque debo tener en cuenta que han pasado algunos años, vivo en otro continente y debo prepararme mucho mejor para obtener los mismos resultados que hace tiempo.
Hace mucho tiempo que esperaba llegar a este nivel y por fin lo he conseguido. También he conseguido otro objetivo del que llevo mucho tiempo hablando: bajar mi peso. Estoy en 85kg. No es que haya bajado mucho pero sí a un nivel que parecía casi inalcanzable hace poco. La visita a la nutricionista está funcionando, ahora como menos y mejor.
Pese a todas esta buenas noticias he de reconocer que durante las dos últimas semanas he relajado un poco la dieta y los entrenamientos debido a que estoy con una mayor carga de trabajo, pero sé que es algo temporal. Me encuentro con un estado de ánimo realmente bueno y en un par de meses habré vuelto a visitar a la nutricionista y habré participado de nuevo en una carrera de 10km. Todo va viento en popa y seguro que en la recta final del año estoy en plena forma y preparado para nuevos retos.
¿De dónde estoy sacando la motivación? Pues de la frustración. Sí, sé que esto puede resultar chocante. Algunas personas somos así. Cuando terminé la última media maratón me quedé con un sabor agridulce, como ya os conté. Había conseguido volver a terminar 21km pero a un ritmo demasiado lento y caminando por primera vez durante una carrera, aunque solo hubiese sido un pequeño tramo y bajo temperaturas muy altas. Tras pasados unos días empecé a digerir el fin de la carrera más como una mala carrera que como cualquier otra cosa y los jarros de agua fría son los que nos hacen despertar. De repente, me di cuenta de que habían pasado 6 años desde mis últimos 21km y tanto mi cuerpo como mi mente eran diferentes, pequé de exceso de confianza y lo pagué. Ahora, paradójicamente, tengo la energía para seguir entrenando con fuerza para recuperarme y demostrarme que lo puedo hacer tan bien como antes, aunque debo tener en cuenta que han pasado algunos años, vivo en otro continente y debo prepararme mucho mejor para obtener los mismos resultados que hace tiempo.
De vuelta a los ruedos
Hola a todos. Ha
llovido mucho desde la última vez que escribí. Como os conté, andaba con sobrepeso,
renaciendo como corredor, con ataques de pánico, adaptándome a un país nuevo…
Desde aquel momento mi peso ha mejorado, aunque debería mejorar un poco más,
nunca he sido gordo pero siempre he sido eso que dicen de “hueso gordo”. Todo
el mundo piensa que peso unos cinco kilos menos de lo que realmente peso. Decidí ir al endocrino, necesitaba saber si podría tener
algún problema en la digestión del azúcar y de ahí los mareos, pero por suerte
todo está a la perfección. El problema era que el miedo a sentir ataques de pánico me llevaba a comer en exceso, sobre todo, azúcar, porque me generaba cierta sensación de relax. La endocrinóloga aprovechó para darme una dieta y
algunas orientaciones acerca de qué comer. Me han sido bastante útiles y me han
llevado a darme cuenta de que vivimos rodeados de comida que no es nada
saludable, y no resulta nada fácil evitarla. Los ataques de pánicos casi han
desaparecido por completo, mi adaptación a Brasil y su clima ya no es un
problema y he ido corriendo un par de días por semana como mínimo aumentando
progresivamente la intensidad.
Últimamente, solo corría
por despejarme y estar en forma. Tenía descartado acudir a cualquier carrera
por el momento. La mayoría son lejos de casa y comienzan demasiado temprano por
lo que no era el momento de pensar en ello, pero ahora todo ha cambiado.
Este mes fue mi
cumpleaños y mi esposa me ha hecho el mejor regalo que me podría haber hecho. Ha
encontrado una carrera en un lugar de playa precioso. Además, una carrera con una
distancia bastante buena para ponerme a prueba, 16 kilómetros. Mi motivación se ha disparado de nuevo y estoy volviendo a entrenar con gran intensidad. Creo que voy a llegar
un poco justo, porque como sabréis los que habéis leído el blog, llevo mucho
sin participar en una carrera ni entrenando con fuerza, pero creo que en agosto,
fecha de la prueba, estaré a punto. Hoy he corrido durante una hora, no
recuerdo la última vez que corrí tanto, pero
estoy convencido de que todo va a salir bien. Será mi primera carrera en el extranjero, un momento inolvidable. Estoy de vuelta a los ruedos con más ganas
que nunca.
Running y ataques de pánico
Son bastantes los
comentarios que he leído en foros acerca de corredores que padecen ataques de
pánico, también llamados ataques de ansiedad, y seguro que también son muchos
los que dejaron de correr porque empezaron a padecerlos.
Como no he encontrado
muchos artículos dedicados al tema, me he propuesto escribir uno basado en lo
que estoy leyendo y la experiencia personal que estoy viviendo con ello.
La mayoría comentan lo mismo
que me está ocurriendo a mí. De repente, ya sea corriendo o caminando, un día comienzas a padecer algo que nunca te había ocurrido antes pese a
que desarrollas esa actividad durante mucho tiempo. Los síntomas que todos
padecemos son parecidos: molestias en la parte izquierda del pecho, corazón
acelerado, ansiedad, respiración entrecortada y en algunos casos, mareos y
hasta desmayos. Muchos vamos al médico, este nos envía al cardiólogo
y no nos detectan nada, el problema es psicológico.
En mi caso, todo empezó
hace más de 6 meses cuando comencé a padecer ataques de pánico en el trabajo
que tenía por entonces. Tras dejarlo, por estos problemas y recomendación del
doctor, me tomé un tiempo de descanso en el que mejoré bastante, pero noté que
ante ciertas situaciones de estrés me mareaba, y con mi posterior mudanza a Rio
de Janeiro, una ciudad nueva, con un clima muy cálido, menos seguridad en las
calles que en Europa y un sinfín de diferencias, la ansiedad se apoderó de mí,
hasta el punto de que un día iba caminando por la calle y tuve un ataque de
pánico que casi me llevó a perder el conocimiento. Tengo que
dar las gracias a dos chicos que me ayudaron en aquel momento, el cual me
afectó bastante psicológicamente, llevándome a tener miedo hasta de salir a la
calle y que, posteriormente, ha afectado a mis hábitos de correr (y mi vida
cotidiana), como ya comenté en entradas anteriores. Por suerte, ya estoy
comenzando a superarlo gracias a la medicación y a los consejos de una psicóloga.
El miedo a los ataques de
pánico a la hora de correr me lleva a salir de forma más reservada, pero al
mismo tiempo, me está enseñando a prestar más atención a la reacción de mi
cuerpo y llegar a entenderlo mejor. Para mejorar hay que forzar, pero hasta
forzándose hay que ser moderado. Al principio era horrible, salía a correr con mucha
intensidad, quedaba exhausto y me sentía sin fuerzas para volver a casa corriendo, entonces sentía pánico y no sabía cómo reaccionar, mi casa parecía
estar en un lugar muy lejano, imposible de alcanzar. Sentía una mezcla de cansancio, calor y miedo que no sabía si interpretar como algo normal o si estaba empezando a
padecer algún ataque, lo pasaba realmente mal, mi corazón se aceleraba y me
mareaba. Era algo infernal.
Personalmente, me niego a hacer lo que comentan otros corredores,
aunque les entiendo, me refiero a salir a correr llevando un ansiolítico en el
bolsillo. Esto puede aportar seguridad, pero no estoy dispuesto a volverme
dependiente de la medicación. Lo que siempre hago es salir con una botella de
agua con azúcar y un poco de sal, porque los ataques de pánico suelen consumir
todo el azúcar disponible y eso es lo que produce los mareos (y si se llega al
extremo, los desmayos), el azúcar ayuda a relajarse y, al mismo tiempo, llevo una barrita de cereales en el bolsillo.
En alguna ocasión he
llegado a parar cerca de algún bar, sentarme, tomar alguna bebida azucarada,
comer algo rápido y relajarme hasta sentirme capaz de volver caminando. Esto me ha ayudado a ganar mucha seguridad y darme cuenta de que los ataques de pánico llegan de forma inesperada y, del
mismo modo, desaparecen de forma inesperada cuando nos relajamos y nos damos
cuenta de que no hay ninguna amenaza real para desesperarse y perder el control.
Por suerte, cada vez me encuentro
con más recursos para lidiar con este problema, lo cual ayuda a que cada vez
los síntomas sean menores y me vuelva a sentir casi tan cómodo como antes
cuando salgo a entrenar.
En resumidas cuentas, si
algún consejo puedo dar a quienes estén padeciendo el mismo problema en estos
momentos, es enfrentarse a él, encontrar sus propios recursos lógicos
para entender lo irreal de ese pánico y descubrir su propia manera de recuperar
la seguridad y, por supuesto, tratar con profesionales que nos darán las claves
para saber de qué manera plantearnos la situación. La adrenalina es una
sustancia vital para reaccionar ante situaciones de peligro, pero debemos hacerle
entender a esta, que cuando no hay peligro, debe permanecer calmada.
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