Acabo de llegar de una carrera de 10km en Lapa, centro histórico de Rio de Janeiro, y perteneciente al Circuito Rio Antigo.
Como suele ser habitual por estas fechas, día despejado y altas temperaturas. Era la primera vez que participo en una carrera por el centro de la ciudad, en lugar de cerca de la playa, aunque realmente no queda muy lejos. Ha sido una gran experiencia y he notado un gran cambio respecto a otras pruebas.
Al haber sido por dentro del centro histórico, algunos tramos se producían dentro de calles empedradas y muy estrechas, por lo que era difícil tanto mantener el ritmo como adelantar. Por otra lado, era fácil encontrar un lado de sombra por el que poder correr y evitar el sol.
A diferencia de lo ocurrido en otras carreras, no había señalizaciones a cada kilómetro, salvo en los cuatro últimos, lo cual me hizo correr un poco despistado y me ha hecho darme cuenta de lo engañosas que pueden ser la sensaciones pues, me sentía con mucha más energía que en otras carreras desde el comienzo y al llegar al km 6 me di cuenta de que mantenía el ritmo de siempre. Es extraño, porque a veces parece que el cuerpo no tiene fuerza y realmente estamos consiguiendo correr al mismo ritmo que cuando nos parece que estamos a tope.
Como he dicho, me he encontrado un circuito completamente diferente a lo que estoy acostumbrado: calles estrechas y cortas, dificultad para adelantar, problemas para mantener el ritmo y no tenía una referencia de los kms que iba pasando hasta llegado al seis. Esta mezcla de condicionantes la han convertido en una prueba muy atractiva y me ha demostrado que no importa solo la distancia sino también el trazado. Finalmente, conseguí llegar en 51:11. Bastante lejos del tiempo de mi última 10k, pero como os conté, en aquella conocía el recorrido a la perfección, en esta me he sentido perdido.
Dentro de dos semanas participaré en una media maratón. Espero mejorar el tiempo del año pasado. No os despistéis porque os seguiré informando. Hasta la próxima.
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