Al principio, no nos resultará
nada fácil relacionarnos con nativos, salvo que nuestro nivel de inglés sea bastante bueno, y aunque intentemos no relacionarnos con
personas que hablan nuestra misma lengua nos acabaremos dando cuenta de que no
solamente es imposible, sino que es necesario. Cuando no se habla con fluidez,
incluso cuando se hace, la necesidad de utilizar la lengua materna es
inevitable, entre otras cosas, porque en una lengua extranjera nunca seremos
capaces de explicarnos con los mismos matices que la nativa. Con el
paso del tiempo y a medida que nuestro vocabulario aumente,
nos irá siendo más fácil tener amigos nativos, hasta llegar al punto de poder
hacer vida con ellos con toda naturalidad.
Yo, como todo español que
pretendía partir hacia tierras angloparlantes, no paraba de recibir el consejo
de tantos y tantos españoles de no relacionarme con más hispanohablantes, pero
una vez que llegas y sientes que no te puedes expresar bien en ninguna otra
lengua ni las costumbres son las mismas, al final, te guste o no, acabas entre hispanohablantes. Otra de las razones de no poder huir del español es que es un idioma tan extendido que resulta inevitable encontrar a muchas personas hablándolo. Vayamos a donde vayamos siempre encontraremos
hispanohablantes: en el supermercado, en el pub, en la tienda de ropa…
En mi caso, como ya he dicho en otras
ocasiones, los primeros meses apenas hablaba inglés, me costaba mucho
expresarme y no entendía casi nada. Así que, me limité a practicar el inglés en
casa, la escuela o a partir de la tercera pinta en los pubs. Poco a poco iba
hablando mejor y cogiendo confianza, hasta que empecé a conocer a algún nativo, y
al final, acabé haciendo bastantes amigos. A los cinco meses me fui a vivir a un
piso junto con otro español y un chico irlandés, lo cual me ayudó mucho.
Cuando llegas a otro país y necesitas aprender el idioma, todo se reduce a paciencia y esfuerzo. Y recordad esto: sin amigos, la supervivencia en el extranjero es imposible.
*Si te gustó este artículo, también podría interesarte:
En el extranjero para aprender un idioma (I). Los primeros días
En el extranjero para aprender un idioma (II). La escuela
En el extranjero para aprender un idioma (III). El trabajo
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