Pages - Menu

Expresar prohibición en francés



Para expresar prohibición en francés tenemos varias formas de hacerlo. Os muestro sus fórmulas a continuación:

1)        Ne pas + verbo en infinitivo 
Ne pas fumer (no fumar).

2)      Défense de + el verbo en infinitivo
Défense d’afficher (prohibido fijar carteles).

3)      Nombre + interdit (siempre en concordancia con género y número con el nombre que le precede)
Chiens interdits (prohibido para perros).

4)      Il est interdit de + verbo en infinitivo
Il est interdit de faire des photos (está prohibido hacer fotos).



     *Si te gustó esta entrada, también podría interesarte:
     Problemas con el francés 
     ¿Cómo NO se aprende un idioma?  

Falsos amigos del francés



En francés son muchos los falsos amigos (faux-amis) que podemos encontrar por su origen común y la influencia a través de la historia o la literatura que se ha producido entre ambas lenguas. A continuación os muestro algunos ejemplos.

Francés
Español
Partir: irse
Partir: casser
Salir: ensuciar
Salir: sortir
Quitter: dejar
Quitar: enlever / voler
Coller: pegar
Colar: filtrer
Épaule: hombro
Espalda: dos
Apprendre: enseñar
Aprender: apprendre (doble sentido)
Prouver: demostrar
Probar: goûter
Nombre: número
Nombre: prénom
Demander: pedir/preguntar
Demandar: poursuivre
Lettre: carte
Letra: caractère
Entendre: oír
Entender: comprendre
Exprimer: expresar
Exprimir: presser
Depuis: desde
Después: après
Sentir: oler
Sentir: éprouver
Créer: crear
Creer: croire
Ombre: sombra
Hombre: homme
Sol: suelo
Sol: soleil
Placer: poner
Placer: plaisir
Rare: escaso
Raro: bizarre
Équipage: tripulación
Equipaje: bagage
Carte: tarjeta, postal
Carta: lettre
Rester: quedarse
Restar: soustraire

Falsos amigos del portugués

Por la cercanía y parecida evolución del español y el portugués son muchas las palabras que han acabado dando lugar a falsos amigos. Algunas designan cosas completamente distintas, otras, solo cambian en pequeños matices, pero entre todas, dan lugar a lo que, creo, es lo más difícil a la hora de hablar con propiedad el portugués. Veamos algunos ejemplos: 

Portugués-Español
Español-Portugués
cena: escena
cena: janta
batata: patata
batata: batata doce
criança: niño
crianza: criação
ligar: encender / llamar por teléfono
ligar:  engatar
fechar: cerrar
fechar: datar
ruivo: pelirrojo
rubio: loiro
peru: pavo
Perú: Perú
escritório: oficina
escritorio: escrivaninha
bola: balón
bola: globo
salsa: perejil
salsa: molho
aula: clase (que se toma)
aula: salão
brincar: bromear
brincar: pular, saltar
cadeira: silla
cadera: cadeira
academia: gimnasio
academia: escola
aceitar: aceptar
aceitar: azeitar
sobremesa: postre
sobremesa: toalha
coelho: conejo
cuello: pescoço
pegar: coger, tomar
pegar: bater
asa: ala
asa: alça
vaso: maceta
vaso: taça, copo
sucesso: éxito
suceso: acontecimento


   *

La importancia de un entorno motivador

Hola a
todos. Cuánto tiempo, ¿verdad? Seguro que más de uno pensaba que ya no escribo o
que he dejado de correr. Pues no es así. Han pasado muchos meses desde la
última carrera en la que participé y de la última para la que me estuve
preparando y desde entonces no son pocas las cosas que han acontecido en mi
vida. Sin ir más lejos me he mudado a Toulouse, ciudad en la que vivo desde hace
unos cuatro meses. Nada más llegar pensé que iba a ser muy motivador para
correr, ya pasé aquí un par de meses 
hace dos años. Es una ciudad muy llana, tiene un buen clima y es muy
agradable para correr, tanto por la calle como junto al canal. Cuando llegué,
empecé a salir a correr y la verdad es que lo primero que noté eran los más de
dos meses de inactividad. Mi estado de forma era pésimo, me recordaba a cuando
empecé. Así, que me tocó retomarlo casi desde cero. En estos cuatro meses que
han pasado no he conseguido alcanzar ni de lejos el nivel de hace un tiempo. Y
esto me ha llevado a darme cuenta de lo importante que es el entorno. Aquí no
tengo a los amigos con los que me gustaba salir correr. Cuando ellos no tenían
ganas de ir yo tiraba de ellos y cuando no, al revés. Al mismo tiempo, siempre hablábamos
sobre cuestiones relacionadas con el deporte y el running. Siempre había alguien que proponía alguna carrera y si no
era un lugar cercano podíamos ir juntos en el coche de alguien. Ahora todo es
distinto. No tengo a esos amigos para correr, no tengo una carrera como
referencia para ver el nivel al que tengo que estar, ni apenas leo mucho sobre
el mundillo. Todo esto unido a un trabajo que no me da gran libertad de
horarios y el estar enfocado en otras cuestiones, como perfeccionar la lengua,
hacen que la situación no sea como antes. Pero ninguna semana fallo a mi cita
de salir aunque sea durante media hora y disfrutar de esta maravillosa ciudad. Espero el momento de  volver a tener una carrera en el horizonte. Todo esto
unido a vosotros que me leéis y no me dejáis parar de escribir, hace que por
mucho que decaiga la motivación, siempre tenga suficiente energía para seguir
corriendo y escribiendo, pese a cualquier inconveniente.

Cuando las cosas no salen


Hace bastante tiempo que no escribo en este blog. Seguramente algunos habrán pensado que ya no continuaría, o tal vez, que había dejado de correr. Pero no es así. Tras un considerable parón durante el verano, debido a las altas temperaturas, entre otras cosas, hace un par de meses que volví a correr. Además, lo hice con la mayor motivación e intensidad posibles. El verano fue algo duro. Pero en ningún momento he parado correr. La única diferencia es que en meses como julio o agosto las temperaturas son excesivamente altas. La deshidratación del cuerpo es muy rápida, por lo que no se podían correr grandes distancias. Esto, unido a que no tenía ningún objetivo inmediato hizo que decayeran mis ganas de salir a correr. De modo que apenas salía uno o dos días por semana. 



Una vez pasado este periodo, hacia septiembre, un amigo me planteó hacer una maratón. Me pareció una gran idea. Era el reto que necesitaba. Mi motivación se puso por las nubes, podemos decir que pasé de cero a cien en muy poco tiempo. De repente, comencé a correr unos cuatro días por semana, siguiendo un plan de entrenamiento específico. Conseguí en pocos días llegar a un nivel mejor del esperado y fui incrementando la intensidad paulatinamente. Del mismo modo, otro amigo que no sabía que me había hecho corredor me invito a otras dos carreras, ambas de 10 km. Cada vez veía más cerca la maratón y a la vez me sentía físicamente mejor, era el momento exacto para un reto de esta envergadura. 



Estaba seguro de mí mismo y bien físicamente, aunque he de reconocer que hubo periodos en los que empezaba a sentir algo de sobreentrenamiento, me estaba sobrecargando. Faltaban tan sólo 3 semanas para la susodicha carrera y unos días para una de las de 10 km. Pero esta vez no hubo suerte. Un problema familiar, unido a un posterior cambio de domicilio que tengo que hacer me han hecho desistir, muy a mi pesar, de mi primer gran reto. Aunque, como siempre, hay que sacarle la lectura positiva. Por un lado, el haber experimentado el nivel de preparación que he de hacer para un evento de tal magnitud y por otro,  la suerte de haber encontrado mientras esperaba el tren, justo antes de volver a casa, el libro de un autor que llevo mucho tiempo esperando leer, “De qué hablo cuando hablo de correr” de Murakami, que narra sus experiencias como corredor, que son muchas y muy variadas y que me han sido de gran ayuda para mantenerme  motivado y no quitar de mi mente el participar en la próxima maratón en la que tenga la ocasión de hacerlo.







Un momento para mirar atrás


Acabo de llegar de mis vacaciones, he dejado el equipaje en el suelo de mi habitación, he comido algo, he tomado una pequeña siesta y justo después de haber ido a la tienda a comprar he salido a correr.  Parecía que estrenaba piernas nuevas, aunque me notaba que la resistencia había disminuido considerablemente, y es que desde la media maratón de Madrid apenas he entrenado, puesto que decidí  tomarme un pequeño descanso. 



Era el momento para reposar después de estos meses en los que llevo corriendo. Son unos nueve meses más o menos el tiempo que hace que empecé tanto a competir como a escribir este blog y la transformación que he ido experimentando ha sido increíble. Cuando comencé salía a correr con cualquier tipo de zapatillas y de ropa. Justo antes de empezar,  mis hábitos alimenticios no eran los mejores que se pueden tener, no sólo los hábitos alimenticios, sino la forma de comer también. Además, me siento mucho más en forma, no tengo tanta barriga como estaba empezando a tener, mi espalda está mucho más firme y no tengo esos períodos de cansancio que me iban y me venían continuamente. Ahora salgo a correr con zapatillas específicas para el running y una ropa más adecuada. La diferencia es abismal. No he perdido tanto peso como esperaba, aunque sí estoy más delgado por el hecho de que lo que se pierde en grasa se recupera en musculatura. Y lo mejor ha sido el estado de bienestar permanente que me genera el correr, tanto de forma física como anímica así como el haber mejorado mi dieta. 



He reducido gran parte de la comida “fast food” que tomaba antes por otra mucho más recomendable (digo “he reducido” porque eliminarlo me sería imposible. He de reconocer que me encantan los kebabs, hamburguesas..., que no tienen por qué  ser considerados como perjudiciales, aunque los que podemos encontrar en la mayoría de lugares lo sean). He empezado a comer más productos a la plancha como pollo o pavo, más ensaladas, frutos secos,  pescado, verduras, etc. Y además no soy tan glotón ni como al sprint. Evito cometer ese tipo de errores tales como no desayunar para “perder  peso” y después llegar a casa y almorzar el doble de lo normal de tanta hambre acumulada, lo cual es lo peor. En definitiva, mi nutrición ahora dista de ser todo lo sana que me gustaría, porque no es fácil hacerlo por distintos motivos como puedan ser tiempo de preparación o precio entre otros, pero de todos modos la he mejorado bastante. En resumen, esta es mi situación actual, yo diría que mucho mejor, es más, no paro de plantearme por qué no empecé a hacerlo antes. De cualquier manera más vale tarde que nunca.