7 excusas para no aprender inglés

Vivimos en un mundo en el que aprender inglés parece una necesidad casi al nivel de tener el carné de conducir, pero del mismo modo que hay quien no conduce, hay quien se niega a aprender inglés. Las razones son muchas y muy variadas, además de respetables. He tomado aquellas excusas que escucho con más frecuencia para intentar dar algunos argumentos que les hagan, cuando menos, replanteárselo una vez más porque las razones para no aprender inglés tienen mucho menos fundamento que las razones para aprenderlo.


1. Es muy difícil, no lo voy a hablar bien jamás. Son muy pocas las personas que llegan a aprender una lengua extranjera a la perfección. Hace falta dedicar años de estudio, pasar un tiempo en algún país con esa lengua materna y, creo, que un talento especial para los idiomas. El objetivo no es hablar el idioma como un nativo sino cubrir las necesidades que demande tu trabajo, o que te requiera la razón por la que estás estudiando. Ser perfectamente bilingüe no suele ser la razón por la que tantas personas estudian inglés y otros idiomas.

2. Pues a mí no me interesa, nunca voy a salir de mi país. Es un excusa hasta cierto punto entendible, pero cada vez son más las personas que independientemente de esta razón estudian inglés. Este idioma te puede ayudar a comunicarte con gente de todo el mundo a través de internet, a hablar con turistas que llegan a tu país o entender canciones o películas. Incluso cada vez más personas, sobre todo de edad avanzada, aprenden inglés como una forma de superación, actitud que encuentro encomiable, o por hobby.

3. No tengo el menor interés en ver películas en versión original, me gustan más traducidas. Creo que la gran mayoría hemos crecido viendo películas muy bien traducidas y en las que el protagonista solía tener la misma voz en todas de ellas, de forma que la hemos asociado a esa persona. Esto se percibe mucho cuando se empieza a ver las películas en V.O. pero la satisfacción de estar entendiendo al protagonista con su propia voz hace que no lo quieras volver a oír traducido. La sensación de realismo es mucho mayor.

4. Para el trabajo no es tan importante como dicen. Además de que depende de cual sea tu empleo, nadie sabe qué tipo de trabajo va a estar realizando en el futuro. En muchas entrevistas de trabajo el inglés no es valorado como una habilidad indispensable, pero sí como un rasgo muy importante en el currículum porque refleja la preocupación de muchas personas por estar bien formadas para alcanzar cierto éxito profesional.

5. Si salgo de viaje seguro que encuentro a alguien que hable español, si no, por señas. Es cierto que muchas personas hablan español en muchos lugares del mundo, pero no en todos, ni nadie te asegura que vayas a entrar a un restaurante, por ejemplo, y la carta vaya a estar en alguna lengua que no sea la nativa y el inglés. Si nos perdemos y pedimos instrucciones a alguien mejor que esa persona hable muy bien nuestra lengua porque "dos calles más allá a la derecha, encontrará una rotonda que le ayudará a cambiar de dirección y cuando llegue a una subida, entre por la segunda a mano izquierda y enfrente de la primera esquina podrá usted encontrar lo que busca", no es fácil de explicar en casi ninguna lengua, y de entender tampoco.

6. Yo es que tengo muy mala memoria. ¿Mala memoria? Nadie tiene tan mala memoria como para no haber aprendido a la perfección su lengua materna y donde cabe una, caben dos. A todos se nos olvidan muchas palabras y tenemos que recurrir al diccionario una y otra vez, por eso debemos tener claro que la base del aprendizaje de una lengua está en la repetición. Olvidar es parte del proceso de aprender.

7. Nunca me gustó aprender idiomas. Qué le vamos a hacer, estas cosas ocurren. Pero creo que en los puntos anteriores hay motivos para intentar hacer un esfuerzo. Aprender idiomas solo tiene ventajas, los inconvenientes son cero. A veces, algo no nos gusta porque no conseguimos verlo desde la perspectiva adecuada.