Hace unos meses escribí La batalla perdida contra los anglicismos explicando mi cambio de postura acerca de la influencia de los anglicismos, en contra de lo que pensaba anteriormente. Pero ayer, me encontré con otra vuelta de tuerca.
Puedo entender que un jefe de proyectos sea un project manager, un agente inmobiliario sea un broker inmobiliario o que un jefe de oficina sea un office manager. Por alguna razón necesitamos ir "modernizando" los nombres de las profesiones, no sé si por darles más estatus o porque la forma de realizar la profesión también se ha modernizado. Esto ocurre hasta sin influencia de lenguas extranjeras. Por ejemplo, lo que antes era un perito pasó a ser un ingeniero técnico, un encargado pasó a ser un gerente y al maestro de escuela se le comenzó a llamar profesor. En otros casos hay cambios en la denominación de forma oficial. A partir de ahora los universitarios serán graduados y no diplomados o licenciados. La lengua, como la vida, es algo en continua evolución y esto es normal.
Hace unos días leí algo que me llamó la atención. Comenté hace tiempo, que cuando viví en Londres o Irlanda, hace alrededor de 10 años, escuchaba a muchas personas decir "me voy a mover" en lugar de "me voy a mudar" por aquello del move (traducido literalmente como moverse) o el "voy a aplicar para un empleo" por "voy a inscribirme en ese empleo" por aquello del apply. Pero, claro, esto eran cosas de jóvenes que vivíamos en ciudades de habla inglesa y no era nada extraño que ocurriese. Lo sorprende me lo encontré esta semana al leer un artículo en un periódico digital bastante conocido en el que la autora utilizaba "aplicar" como apply en inglés. Lo primero que pensé fue: "Eso es un error de importación". Seguro que nos lo trajimos los miles de españoles que vivíamos en Reino Unido o Irlanda. Resultó interesante descubrir cómo esa palabra había cruzado el mar.
De todos modos, la vuelta de tuerca definitiva no fue propiciada por ese caso, sino por otro que se produjo ayer. No era la primera vez que lo leía aunque pensé que no lo iba a encontrar más, porque aquella primera vez supuse que era producto de haber hecho una traducción con un traductor electrónico. Fue en un manual de informática. Leí (además era el título): "Quemar un CD". Traducción literal de la expresión en inglés burn a CD, en el que burn se traduce como grabar. Pero es que ayer mientras veía un video en Youtube el autor dijo con toda naturalidad "quemar el CD". ¿Y porqué me llamó la atención? Pues porque es una traducción que puede dar lugar a confusión, no es solo una palabra adaptada a trancas y barrancas. Es cierto que quemar (en el sentido de prender fuego) no es algo que se haga de forma muy habitual con un CD, pero aun así, podría dar lugar a confusión. Además, suena muy chocante, tanto que me quedé pensando en otra cuestión: ¿"Quemar" como sinónimo de "grabar"? Viendo al ritmo que evoluciona la lengua ya me imagino a alguien diciendo de aquí a un par de años: "¿Quieres que te queme con mi nueva cámara?" o "La cámara de mi smartphone quema con mayor calidad que la tuya". Espero que todo el mundo sepa darle la interpretación adecuada hasta acostumbrarnos a esa nueva expresión. De otro modo, no vamos a ganar para extintores.
En fin, todas estas cuestiones lingüísticas son un laberinto sobre el cual es bueno estar siempre bien informado, pero sin grabarse, digo... quemarse, por el uso más o menos apropiado que otros puedan hacer de ellas. Al final, la lengua es una herramienta de comunicación en manos de todos y cada uno puede usarla con total libertad. Si hay que quemar a un amigo, se le quema y después nos reímos todos juntos viendo el video en Youtube. Hasta la próxima (vuelta de tuerca).
Lo de quemar no es corriente pero tiene su sentido, ya que para grabarlo el láser lo quema. De hecho, el programa decano de grabar CD se llama Nero (Nerón) por algo, y de hecho en su logo aparece el coliseo romano en llamas.
ResponderEliminarAlguna lo he llamado así , pero muy poco.
Gracias a los dos por la explicación. Todos los días se aprende algo nuevo.
ResponderEliminarDe nada, Sergio. La verdad es que como concepto no es algo que se intuya asi por pura observación.
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