En innumerables ocasiones nos enfrentamos a la desmotivación
de nuestros alumnos y si no sabemos cómo lidiar con ello, nos arrastrará a nosotros
también y acabaremos sintiéndonos frustrados. Es muy importante tener
claro qué hacer para mantener motivados a los alumnos y qué respuestas dar ante
las clásicas frases como: “A mí esto no me gusta”, “Estoy aquí porque mis
padres me obligan” o “No tengo claro si el esfuerzo valdrá la pena”.
Tras unas semanas dándole vueltas al asunto, me he sentado a
escribir una serie de puntos que, creo, pueden ser de ayuda tanto para mí, como
para vosotros y para nuestros alumnos. Os dejo con ellos y espero que os sean
de utilidad.
1. Si tú no estás motivado, apaga y vámonos. El profesor debe
transmitir puntualidad, seriedad y un buen conocimiento de lo que enseña. Nadie
quiere aprender con un profesor que no quiere enseñar o que transmite poca
pasión por su trabajo. Toda la responsabilidad de este punto recae sobre nosotros.
2. Conoce los gustos de tus alumnos. Esto es elemental para poder
motivarlos. Si alguien te dice que no le gusta la lengua que está estudiando
pero le encanta la música, por ejemplo, lo podremos motivar diciéndole que
podrá oír música en ese idioma y entender la letra de las canciones, o si le
gusta la gastronomía, que podrá ver algún programa o leer algún
libro sobre la cocina de los lugares en los que se hable ese idioma y entenderlo.
3. Todo el mundo debe participar en clase. Cuando a los
alumnos no se les hace participar en clase se acaban aburriendo y empiezan a
pensar en otra cosa. Ponerlos a practicar con el compañero o el profesor, ya sea
individualmente o en grupo, hará que se muestren más activos y no pierdan la
atención.
4. Lucha contra la frustración de tus alumnos. Explícales que
el aprendizaje es paulatino. No hay que pensar en cuánto falta por aprender,
sino cuánto se ha aprendido ya. Esta última frase es de vital importancia
puesto que siempre pensamos que nos queda mucho y no nos paramos a pensar en
todo lo que ya sabemos. Es normal tener la impresión de que siempre falta mucho
por aprender, ¿nos hemos parado a pensar cuantas palabras desconocemos en
nuestra lengua materna?
5. Ayúdalos a luchar contra la inseguridad que produce expresarse
en una lengua extranjera. Cuando se aprende un idioma, la inseguridad a la hora
de hablarlo es muy grande. Tenemos miedo a que se rían de nosotros
y no ser entendidos. En mi caso, lo tengo muy fácil para aconsejarlos, les
explico que, pese a mi marcado acento español, si tuviese vergüenza a la hora de hablar nunca habría encontrado un
empleo en Brasil, mientras que para los profesores que enseñan una lengua
extranjera en un país en el que se habla su lengua materna, un buen argumento sería hacer ver a los alumnos los
distintos acentos que existen en una misma lengua o mostrarles la gran cantidad de estudiantes extranjeros que se pueden encontrar en cualquier país y todos pasaron por esos momentos difíciles para terminar con la satisfacción de dominar un nuevo idioma.
6. Hazles entender que el aprendizaje está tanto dentro como
fuera del aula y que, fuera de ella, además de acceso a mucha información
gracias a internet, pueden crear un entorno adaptado a sus gustos, horarios y
forma de aprendizaje que complementará lo aprendido en clase. Este punto es el
que marca una mayor diferencia. Los estudiantes que fuera del aula tienen su
propio entorno acaban dominando ese idioma sin el menor problema.
7. El aprendizaje de un idioma siempre implica ventajas
profesionales, explícaselas. Independientemente de a qué nos queramos dedicar, nos puede salir una oportunidad laboral en un país en el que se hable la lengua que estamos
aprendiendo o en un proceso de selección, tal vez, resulte un diferencial. El ruso no parecía muy útil en España y cuando los turistas rusos llegaron en masa, muy pocos estaban preparados.
que util!! Gracias por compartirlo.
ResponderEliminarGreat tips for motivation. I completely agree with you that support is needed in learning foreign languages. Now a big request for specialists who know several languages.
ResponderEliminarAl igual que los idiomas, formar a nuestros hijos en música es igualmente importante. Animarlos a tocar un instrumento les brinda una forma de expresión artística, fomenta la creatividad y mejora habilidades cognitivas. ¡La música es un regalo que les acompañará toda la vida!
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