Señas de identidad, de Juan Goytisolo
Me la recomendó un amigo que es profesor de literatura. No la compré porque pensase que su argumento me iba a enganchar, sino porque es un clásico de un autor muy reputado sobre el que no había leído nada. Al comenzar a leer encontré la mejor prosa que posiblemente haya encontrado en lengua española. Me sorprendía como fluía, la riqueza de su vocabulario, la expresión de los sentimientos, en definitiva, el dominio del lenguaje que el autor mostraba en cada página. Pero su contenido me acabó aburriendo: los recuerdos y la nostalgia de un protagonista en busca de su identidad. Supongo que si la hubiese leído en la adolescencia, época en la que era una persona más sensible y me gustaba leer aquel tipo de historias, me habría gustado mucho. Tras leer algo más de la mitad, no fui capaz de llegar al final.
Marte rojo, Kim Stanley Robinson
No ser capaz de terminar esta novela fue un palo gordo, porque yo siempre sostuve la teoría de que cuando un género te gusta mucho eres capaz de disfrutar incluso las obras de ese género que menos te encajan. Esta novela está muy bien hecha, posiblemente sea la mejor sobre la colonización de Marte y estoy seguro de que será un clásico que se seguirá leyendo durante muchos años. Es el primer volumen de una trilogía. Comienza con una colonia que llega a Marte y muestra cómo se van desarrollando desde los problemas científicos hasta los conflictos humanos. Está realmente bien escrita y explica a la perfección a qué nos enfrentaríamos, además de hacer perfectas descripciones sobre la geología marciana y partir de un gran fundamento científico. ¿Qué me llevó a no ser capaz de terminarla? Pues que no es la historia de nadie, es la historia de un planeta, no hay un protagonista humano y los personajes son muy planos. Demasiadas páginas sin nadie con el que identificarte.
La empecé a leer en inglés, pensé que mi problema podría ser el idioma, así que continué leyéndola en español, pero el resultado fue el mismo. Todavía no creo que no haya podido con esta novela tratándose de mi género favorito.
La carretera, de Cormac McCarthy
No ser capaz de terminar esta novela ha sido otro chasco que además ha ocurrido recientemente. Lo he intentado varias veces pero cada vez que vuelvo encuentro lo mismo, unas atmósfera fría y tenebrosa fantásticamente contruida y unos diálogos realmente fríos entre padre e hijo que reflejan a la perfección la situación tan lúgubre que se está atravesando. No obstante, es eso una y otra vez, pese a ser una novela corta. Cada vez que la retomo, paro tras unas cuantas páginas sin ganas de volver, hasta que hago el esfuerzo de reintentarlo para acabar de la misma forma.Al igual que con Marte Rojo, seguramente le dé una nueva oportunidad, pero será más adelante. Con el paso del tiempo posiblemente las vea desde otro punto de vista, como me ocurrió con el Guardián entre el centeno. Lo intenté leer dos veces sin éxito y a la tercera, tras haber indagado sobre qué rasgos hacían de ella una obra maestra, la terminé en pocos días y pasó a convertirse en una de mis favoritas.
Ahora sé más sobre mí como lector y si algún día consigo terminar de escribir algo este tipo de experiencias me serán de gran ayuda.
¡Vaya! Yo, en realidad, cuando no consigo acabar una obra, la dejo para otro momnento y otra situación de la vida. Los libros te eligen. Pero siempre he terminado acabándolo antes o después y con otra mirada. Siento que marte rojo podría ser una de esas lecturas con las que no puedes parar de leer. La colonización de marte sería un buen tema a conocer y abordar, más con la llegada de la pandemia y los recientes descubrimientos de Marte. Bueno, hay muchos libros, unos que se adaptan mejor a los sentires de cada etapa en la que estamos. Un saludo y a ver si nos traes algo que sí acabes. Me ha gustado tu redacción. Un saludo!!! por si te qusieras pasar por mi blog... ya sabes.
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