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Sobre la obsesión por el running




Acabo de ver el documetal Running: La gran obsesión, el cual me ha parecido tan instructivo y cercano que lo estoy viendo por segunda vez mientras escribo este texto. A medida que lo he ido viendo me han venido
a la mente muchas historias que conozco y aunque es cierto que hay
algunas personas que lo llevan al extremo, creo que son una gran minoría.





He conocido varios casos de personas que han visto en el
running una forma de superación personal y lo han conseguido, personas que uno
jamás hubiese imaginado que pudiesen llegar a entrenar tanto y terminar una
maratón. También he conocido casos en el que personas con problemas
de

alcoholismo lo han conseguido superar gracias a su adicción al running (al ciclismo u otro deporte) creo
que esta segundo obsesión es mejor que
la primera. En otros casos hay personas que nunca fueron muy buenos en ningún deporte, o sí, pero lo
dejaron hace mucho y ven en el running una forma de ser competitivos, ya sea, por primera vez en sus vidas o porque necesitan volver a sentir qué se siente, y correr es un deporte en el que llegar a serlo puede ser más fácil, puesto que, puedes entrenar solo y en cualquier
momento. También hay corredores que corren por algún problema médico o como una forma
de superar alguna frustración personal. Hay miles de corredores y cada uno posiblemente lo haga por una razón distinta.

Recuerdo el caso de personas a las que los doctores les han recomendado
reducir la cantidad de ejercicio por su edad, y pese a ello no han hecho
caso. En ese caso sí hay un problema.




Personalmente, empecé a correr para
volver a sentirme en forma, allá por el año 2010, cuando comencé este blog. Aunque como podeis leer he estado sometido a muchos altibajos y he tenido periodos en los que apenas entrenaba. Ahora, con 33 años, estoy preparando un aumento de
la intensidad por varias cuestiones, por suerte, se vuelven a dar las condiciones, necesito controlar mi peso o por tener un hobbie que me ayude a despejarme del trabajo. Nunca he dado el perfil de persona obsesionada y creo que no voy a darlo, aunque sí puedo entender a muchos que se convierten en ello, pese a que no estaré de acuerdo con los que ponen su salud en riesgo.





Espero que este tipo de documentales, así como, muchos artículos que se escriben ayuden a todos los deportistas a entender la importancia de estar bien preparado, pero también, debemos tener en cuenta que el problema no es que sea una obsesión, de hecho, debe ser una obsesión en cierto sentido, la obsesión por un objetivo es lo que nos lleva a conseguir nuestras metas, ahora bien, como he dicho anteriormente, la salud tiene que estar por delante porque vidas no hay más que una.




Primeros pasos de la Operación 21km




Como quiero que la Operación 21km salga bien, pues nada
mejor que empezar haciendo bien las cosas. Así que, fui a una clínica
especializada en rodillas para saber qué me ocurre. Todavía no tengo el
diagnóstico definitivo, pero hay algo en la parte externa de mi rodilla derecha
por lo que tengo que hacerme una resonancia magnética en los próximos días. 





La
experiencia de haber tratado con un especialista en este campo ha sido muy interesante,
además, me ha dado buenos consejos. Uno de ellos es que el corredor de fondo
no debe desarrollar músculo sino hacer muchos estiramientos, por lo que ha
descartado que intente mejorar el problema de mi rodilla en un gimnasio. También, me ha recomendado correr en una estera porque esto ayuda a mantener el ritmo
de carrera controlado, ya que, cuando corremos en la calle cambiamos
excesivamente de ritmo sin darnos cuenta. 







Por el momento me ha prohibido entrenar y debo hacer estiramientos todos los días. No creo que el problema vaya a ser nada grave, pero molesta a la hora de correr y mejor prevenir que curar. 


En pocos días os cuento el diagnóstico definitivo.

La experiencia de correr por las calles de Rio de Janeiro








Hace más de dos años que vivo en Rio de Janeiro y, como muchos sabéis, me gusta dedicar mi tiempo libre a correr.
Cuando llegué, las dos cosas que más me llamaron la atención fueron tanto el
clima como la inseguridad. La cuestión del clima es muy llamativa. Los días
duran prácticamente lo mismo todo el año, a diferencia de España, donde en
verano son muy largos y en invierno muy cortos. En cuanto a los cambios
de temperatura, Brasil siempre es cálido, a diferencia de España, donde los inviernos son fríos (más al norte de Europa es todavía
más frío) y los veranos son bastante cálidos. Pero incluso si tuviese que comparar
el verano de España con el de Brasil, también hay diferencias considerables.
Además de las ya mencionadas de que en Brasil la duración de los días no cambia tanto,
está la de que las temperaturas son muy altas desde que sale el sol
hasta que se esconde. Mientras que en España sale el sol temprano pero hasta mediodía no se alcanzan temperaturas muy elevadas y al atardecer la temperatura
comienza a caer antes de que el sol se haya puesto. Para que nos entendamos, en Brasil hace mucha calor desde las 7 de la mañana hasta las 6 de la tarde, que es cuando anochece.




Cuando empecé a correr me deshidrataba demasiado rápido y
me cansaba enseguida. Ahora, me sorprende la resistencia que he desarrollado a
altas temperaturas, puedo correr a unos 35 grados sin grandes problemas, aunque
tengo que reconocer que para competir es mejor el frío. Se puede percibir claramente la diferencia entre los días nublados y un poco lluviosos y los días cálidos.



En cuanto a la inseguridad, es algo difícil de explicar. Yo
no he tenido ningún problema pese a haber corrido en alguna ocasión por
lugares poco recomendables en los que no había nadie por la calle. Es una cuestión de asumir
riesgos y tener suerte. Uno siempre piensa que es difícil que ocurra algo mientras está corriendo, pero la poca cantidad de gente que se ve debe ser por
alguna razón. Por otro lado, gimnasios hay muchos y están todos llenos, es decir, ganas de correr no faltan.





También hay otras características, como muchas cuestas, lo
cual puede ser de ayuda para determinado tipo de entrenamientos. Desgraciadamente,
las aceras no suelen estar pavimentadas y hay muchos agujeros por lo que las piernas
sufren mucho. Hay que andarse con cuidado. Otro factor a tener en cuenta es
el de los coches, algunos van demasiado rápido y no usan intermitente, cuando commencé
a salir a correr casi fui atropellado en una curva, a partir de ese día aprendí
a asegurarme muy bien antes de cruzar. 



Evidentemente, en grandes ciudades, la zona en la que se vive influye mucho. En Rio, si se vive en la zona sur, donde viven las personas más adineradas, todo es distinto, se puede correr junto a la playa de Copacabana o Ipanema, hay mucha más seguridad y bastantes zonas adaptadas para el deporte. La zona oeste tiene características similares. Los que vivimos en la zona norte lo tenemos un poco peor, aún así, yo tengo la suerte de vivir muy cerca del estadio olímpico, sus alrededores
están preparados para los que nos gusta correr, solo que dar vueltas
continuamente a un estadio es un poco aburrido.



De todas las ciudades por las que he corrido, son bastantes, Rio es de las que más me gusta pese a no tener la mejor infraestructura y lo mejor de todo es que todavía me quedan muchos lugares de la Cidade Maravilhosa por descubrir sobre los que os iré contando a medida que los vaya descubriendo.



Hasta la próxima.