La literatura policíaca, también conocida como novela de detectives o novela policíaca, tiene sus raíces en la literatura del siglo XIX, particularmente en las historias de detectives creadas por autores como Edgar Allan Poe y Wilkie Collins.
El relato de Edgar Allan Poe "Los crímenes de la calle Morgue", publicado en 1841, es considerado por muchos como el primer ejemplo de la literatura policíaca. La historia presenta al detective aficionado C. Auguste Dupin resolviendo un crimen a través de la deducción lógica y el análisis de las pistas.
Posteriormente, en 1868, el escritor británico Wilkie Collins publicó "La piedra lunar", una novela que sigue la investigación de un robo de diamantes y que es considerada una de las primeras novelas de detectives en la historia.
Sin embargo, fue el autor estadounidense Arthur Conan Doyle quien popularizó el género con su personaje Sherlock Holmes, un detective brillante y astuto que resolvió una gran cantidad de crímenes en la literatura, desde su primera aparición en "Estudio en escarlata" en 1887. Las historias de Holmes fueron enormemente populares en todo el mundo y se convirtieron en un modelo para muchas obras posteriores del género.
En el siglo XX, la literatura de detectives continuó evolucionando y ramificándose en diversos subgéneros, como la novela negra y el thriller psicológico. Algunos autores notables de la literatura policíaca del siglo XX incluyen a Agatha Christie, Dashiell Hammett, Raymond Chandler y Patricia Highsmith.
En resumen, la literatura policíaca tiene una larga y rica historia que se remonta al siglo XIX, y ha continuado evolucionando y diversificándose hasta nuestros días. Desde Poe hasta Conan Doyle, Christie y más allá, los autores de la literatura de detectives han cautivado a los lectores con historias intrigantes y personajes inolvidables.