El café es un estimulante que a mí me sienta muy mal. Me encanta, pero me acelera mucho y después no puedo dormir. En cambio, cuando practicaba running me resultaba imprescindible. Salir a correr sin café era correr menos, con menos potencia, cansarme antes... aunque tengo que reconocer que me costaba recuperarme porque llegaba a casa todavía acelerado.
Desde hace tiempo he parado de tomar café y lo he sustituido por té verde y té negro, que también son estimulantes, pero no me producen tanto efecto. A veces son útiles, a veces no tanto.
Como estoy empezando con la calistenia y mi estado de forma es pésimo, hoy he decidido tomar un café bien cargado. El efecto ha sido espectacular, justo lo que necesitaba. He conseguido entrenar a otro nivel, algo que estaba esperando para poder aumentar el ritmo. Ojalá pudiese estar siempre así sin estimulantes.
No comparto el uso de estimulantes más allá de un café o un té. Pueden producir lipotimias y ya he encontrado a algunos deportistas demasiado acelerados. Entiendo que el estrés de la vida moderna nos agota y acabamos recurriendo a un extra para poder ejercitarnos, pero hay que tener cuidado, especialmente a medida que vamos cumpliendo años.
Yo, por mi parte, espero no necesitar café en muchas más ocasiones, quiero que el esfuerzo sea natural y que el cuerpo llegue hasta dónde pueda, pero es tan bueno el sabor del café y te produce tanta energía que es difícil no recurrir a él con frecuencia. Ahora me encuentra en la cama, exhausto, intentando recuperarme de mi intenso entrenamiento. Mañana lo intentaré sin café, espero que salga bien.
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